1. Una tradición única
  2. Un casco histórico de ensueño
  3. El santuario mariano de la Virgen de la Peña de Francia
  4. Gastronomía y artesanía

La Alberca, ubicada en el núcleo de la Sierra de Francia, en Salamanca, parece haberse quedado congelado en el tiempo. Este lugar, situado a los pies del Parque Nacional de Las Batuecas-Sierra de Francia, fusiona su abundancia histórica con costumbres que han perdurado a lo largo de los siglos. Con sus vías empedradas, sus viviendas de estilo serrano y su enérgica vida cultural, La Alberca es un tesoro que aguarda ser explorado.

Una tradición única

Un rasgo distintivo y reconocido de La Alberca es la costumbre del cerdo de San Antón. Anualmente, desde el 13 de junio hasta el 17 de enero, se permite a un cerdo pasear libremente por las calles de la localidad. El animal, alimentado por los residentes, se transforma en un emblema de la comunidad, agrupando a los albercanos alrededor de una costumbre con propósitos benéficos.

El 17 de enero, festividad de San Antón, se realiza un sorteo del cerdo y los beneficios se donan a causas benéficas, perpetuando una tradición que manifiesta el espíritu solidario y festivo de la comunidad. Este peculiar ritual atrae a turistas y preservar un patrimonio cultural que enorgullece a los albercanos.

Un casco histórico de ensueño

El casco histórico de La Alberca se asemeja a un verdadero laberinto de vías estrechas y empedradas, en el que cada esquina guarda un relato. Las viviendas, construidas de manera serrana, poseen una particularidad que cautiva a los turistas: sus niveles superiores destacan más que los inferiores, generando una impresión de cercanía entre las residencias. En ciertas de estas vías, el sol apenas llega al terreno, intensificando el ambiente íntimo y medieval que rodea al pueblo.

La plaza Mayor constituye el núcleo central de La Alberca. Sus columnas de granito apoyan los pórticos que, en aquella época, albergaban el mercado local. Actualmente, estos lugares se han convertido en cálidos restaurantes donde se pueden probar los sabrosos embutidos ibéricos de la zona, acompañados de un excelente vino. En la primavera y el verano, los balcones salen a la luz de los geranios, generando una explosión de colores que realza aún más este lugar emblemático.

El santuario mariano de la Virgen de la Peña de Francia

El santuario mariano de la Virgen de la Peña de Francia, desde la altura de un pico, vigila el pueblo y sus zonas circundantes. Este sitio sagrado, ubicado en el Parque Nacional de Las Batuecas, es un lugar de peregrinación y un espectacular mirador. Las panorámicas desde ese lugar brindan un espectáculo natural sin igual, con montañas, valles y bosques que se expanden hasta el punto en que la vista puede alcanzar.

El sitio religioso posee un alto valor espiritual e histórico, dado que la veneración a la Virgen de la Peña de Francia es intensa en la zona. Además, la serenidad que se percibe en este ambiente convierte a este lugar en un santuario perfecto para aquellos que desean un instante de tranquilidad y vinculación con la naturaleza.

Gastronomía y artesanía

La Alberca atrae no solo por su hermosura, sino también por su abundante cocina. Los embutidos ibéricos, en particular el jamón y el chorizo, son un placer que no puedes pasar por alto. Otros platillos tradicionales como el hornazo y las patatas meneás enriquecen una propuesta gastronómica que manifiesta la esencia de la gastronomía serrana.

Además, la localidad es reconocida por su arte artesanal. Los artesanos locales proporcionan artículos elaborados artesanalmente, tales como bordados, tallas de madera y cerámica. Estos artículos, fabricados con métodos tradicionales, constituyen un recuerdo ideal de una visita a este lugar singular de España.
 

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