Mientras la población se agolpa en el entorno de las grandes ciudades o bien próxima a las principales vías de comunicación, el interior cada vez se vacía más hasta el punto de que en casi el 40 por ciento del territorio gallego ya no queda un alma. Son 11.776 kilómetros cuadrados que se podrían recorrer sin toparse con nadie. Se trata de un área equivalente a las provincias de Pontevedra y Ourense juntas. Y este territorio deshabitado se está extendiendo. En solo un año ha sumado 66 kilómetros cuadrados más en los que la población ha desaparecido totalmente.

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