Seguramente tardará tiempo en entender cómo lo hizo, pero el Atlético de Madrid se llevó una victoria inexplicable ante el Barça en Montjuïc y eso es lo único que cuenta. Un milagro de Navidad. Cuesta explicar este resultado de otra manera, una remontada culminada en el último minuto por un gol caído del cielo obra de Sorloth. [Así vivimos el partido entre el Barcelona y el Atlético de Madrid]
El Atlético de Madrid se comerá las uvas como líder de La Liga y eso pese a firmar una primera mitad lamentable y bochornosa en Barcelona. Los de Simeone tiraron a la basura los primeros 45 minutos, pero si algo saben hacer a las mil maravillas es sobrevivir cuando peor lo tienen, así que encontraron la manera de darle la vuelta a la situación tras el descanso.
Pedri adelantó al Barça en la primera mitad, pero De Paul puso la igualada ya en la segunda parte. Cuando corría el minuto 96, Sorloth ajustició a un Barça que suma su tercera derrota consecutiva en casa y que puede empezar a hablar de crisis en la competición doméstica.
El Barça, un rodillo
Venía el Barça con los sobresaltos recientes de los partidos ante Las Palmas y el Leganés, y eso le hizo saltar con las orejas tiesas al césped. En un partido de máxima exigencia, los culés no podían permitirse ninguna licencia así que le metieron intensidad al 100% casi desde el túnel de vestuarios.
Los de Hansi Flick fueron un auténtico rodillo en los primeros 45 minutos. Agobiaron a su rival cercando el área, vivieron constantemente en campo contrario y sometieron a un Atlético de Madrid que no se pareció absolutamente en nada al que venía siendo las últimas semanas.
El planteamiento del Atleti fue de un equipo acomplejado, de alguien que acepta un rol de inferioridad y que prácticamente asumen la derrota antes de salir al terreno de juego. Podría haberse querido algo más el equipo madrileño, sacando pecho de llegar a la ciudad condal con el derecho de mirar a los ojos al Barça y de arrebatarle el liderato, pero su primera mitad fue un bochorno.
El dominio culé fue total desde el primer pase. Pedri, Fermín y Gavi empezaron a hacerse con el control en el centro del campo mientras De Paul y Barrios perseguían sombras. Raphinha se convirtió en el jugador más desequilibrante y volvió loco por la banda a Javi Galán. Cada vez que el brasileño tenía el balón se palpaba el peligro.
Precisamente Raphinha fue el protagonista del primer tiro peligroso que Gallagher tuvo que despejar casi sobre la línea lanzándose al suelo, un anticipo del agobio al que iba a someter el Barça a su rival.
Los de Flick manejaban el partido a su antojo y el Atlético ni siquiera conseguía dar tres pases consecutivos. Ni mucho menos pasar del centro del campo. Pasados los veinte minutos, un centro de Raphinha para Íñigo Martínez, que estaba solo en el segundo palo, obligó a Oblak a intervenir por primera vez.
En esta fase del partido empezaba a olerse el gol local, y Gavi estuvo a punto de conseguirlo con un remate de cabeza en el primer palo después de un centro de Raphinha.
No pasó de la media hora el Atlético de Madrid. Pedri se gustó, combinó en el centro del campo y encaró la portería contraria. Tiró la pared con Gavi, su compañero le devolvió el balón de forma involuntaria tras un mal control, y esto lo aprovechó Pedri para entrar en el área y definir por bajo mano a mano ante Oblak.
El gol era el justo premio para quien estaba mandando y el justo castigo para aquel que parecía que no quería jugar el partido. Tan sólo hubo una tímida reacción visitante con un balón al que Julián no llegó por poco en el área pequeña, pero la nota del Atlético en esta primera parte fue de suspenso sin paliativos.
Un partido nuevo
Este pequeño rayo de luz que vio el Atlético de Madrid en el tramo final de la primera mitad se convirtió en un foco que seguir en la segunda parte. El paso por los vestuarios rejuveneció al conjunto colchonero, Simeone le dio la vuelta al planteamiento y el Atleti pasó a ser un equipo mucho más reconocible tras el descanso.
Eso sí, estuvo igualmente a punto de matar el Barça a las primeras de cambio si Fermín hubiera definido mejor en el mano a mano ante Oblak. El guardameta esloveno sacó un pie milagroso para evitar el segundo que hubiera supuesto la sentencia.
El Atlético pasó a tener más balón, se permitió ir a presionar más arriba y se sintió mucho más cómodo en el terreno de juego. De repente, todo se convirtió en un duelo de tú a tú, seguramente lo que se esperaba desde el inicio del encuentro.
Pese a todo, el peligro real lo seguía llevando el Barcelona. Primero Pedri rozó el gol con un zurdazo desde dentro del área con el que buscó la escuadra, y posteriormente Raphinha estrelló el balón en el larguero en un intento de vaselina sobre Oblak. Esta definición estuvo precedida de un pase escandaloso de Pedri, el mejor.
El Barça perdonaba y eso le daba alas a un Atlético de Madrid que si de algo sabe es de supervivencia. Una muestra clara de esta misma temporada es el partido en París, así que sabía que tenía que apretar los dientes para esperar su momento. Y llegó.
Julián Álvarez aprovechó a la contra el espacio a la espalda de la defensa del Barça, puso un centro que no encontró rematador pero el despeje de la zaga culé no fue bueno. Eso lo vio De Paul, que llegaba desde segunda línea, y que telegrafió un disparo sutil a la base del poste largo para hacer el empate.
Desde ese gol el Barcelona volvió a hacerse con el dominio del choque. De hecho, llegó a perdonar el segundo gol con una ocasión de Lewandowski, aunque el Atleti también tuvo una oportunidad clarísima en las botas de Barrios. Peña evitó el gol visitante.
Los minutos finales fueron una locura. Raphinha estuvo a punto de matar en una ocasión de oro, y el Atlético soñó incluso con la remontada al contraataque. Parecía que no iba a pasar nada más… Pero entonces llegó el milagro. Con espacios para correr, Molina sirvió un centro al segundo palo y allí apareció libre de marca Sorloth para fusilar a Peña.
El Atlético se llevó la victoria de Barcelona y eso que tiró a la basura 45 minutos. Aunque Simeone siga con la canción de ir partido a partido, los colchoneros aspiran a conquistar esta temporada La Liga.