La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha vuelto a sus fueros y ha cargado este viernes contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien ha acusado de estar «acorralado por la corrupción» y de «destrozar la democracia». Durante una comparecencia ante los medios tras la aprobación de los Presupuestos Regionales en la Asamblea de Madrid, Ayuso ha afirmado que el Ejecutivo central está utilizando los recursos del Estado para protegerse de acusaciones y acallar a sus críticos.
En este sentido, la dirigente madrileña ha calificado de «vergüenza para España» que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, haya borrado «los mensajes de su teléfono móvil a cero» para, según ella, «engañar a la Guardia Civil y ocultar la comisión de un posible delito». Además, ha denunciado que altos cargos de Moncloa y Ferraz estuvieron involucrados en una «operación de Estado» contra un adversario político, algo que ha considerado «propio de un régimen bolivariano».
Para ser más precisos, Ayuso ha apuntado que existen pruebas que vinculan al PSOE de Madrid con dicha operación. «Durante cerca de ocho meses lo utilizaron para intentar destruirme», ha afirmado la presidenta, en referencia a la supuesta utilización de información obtenida de forma ilegal contra ella.
Así, ha denunciado que el Gobierno central busca generar «ruido» para desviar la atención de otros temas, como las elecciones en Cataluña, la falta de presupuestos o la promoción de medidas controvertidas como la amnistía y la autodeterminación. Según Ayuso, esta estrategia también incluye el uso indebido de los medios de comunicación y ministerios para atacar a sus adversarios políticos.
Sin embargo, las palabras de Ayuso no han acabado ahí, sino que la lideresa madrileña también ha calificado de «cobarde» la actitud de Sánchez, acusándolo de respaldar una operación de Estado desde Bruselas y de «reírse de la Guardia Civil» al avalar las acciones del fiscal general. «Sánchez debe dimitir. Está destrozando la democracia, el Estado de Derecho y es una vergüenza para España», ha sentenciado Ayuso, quien también ha asegurado que el presidente del Gobierno «ha enloquecido». «Quiero saber cómo están pagando sus abogados y si lo están haciendo como cualquier ciudadano particular al que se le ha robado la presunción de inocencia y sus derechos fundamentales”, ha añadido, subrayando que esta situación “nunca” se ha “visto en democracia”.
Las declaraciones de Ayuso han generado una respuesta inmediata por parte de la oposición. El portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Jesús Celada, ha exigido a la presidenta que «mida sus palabras» y le ha reclamado disculpas por lo que consideró un «acoso» al fiscal general del Estado. Además, ha acusado al Partido Popular de utilizar también los mecanismos del Estado para fines partidistas en el pasado. «Hemos visto cómo en esta comunidad se han producido casos de espionaje utilizando a los cuerpos de seguridad del Estado», ha recordado.
Por su parte, la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, ha cuestionado las afirmaciones de Ayuso sobre la «dictadura». «Por respeto a las víctimas y a la historia de España, debería tener un poco más de pudor y prudencia», ha apuntado. Bergerot también ha defendido la legitimidad del Gobierno de coalición, que ha calificado como «resultado de los votos en una democracia sana».
En cambio, Vox ha respaldado las acusaciones de Ayuso. Su portavoz, Isabel Pérez Moñino, ha tildado al fiscal general de «mercenario al servicio de una organización criminal liderada por Pedro Sánchez». Además, ha acusado al PSOE y al PP de haber «colonizado todos los contrapesos de poder».
Estas acusaciones llegan en un contexto de creciente confrontación política, con un Partido Popular que busca erosionar la posición del Ejecutivo en un año preelectoral. Por su parte, Moncloa ha optado en las últimas semanas por cambiar de estrategia electoral e ir «al barro» con Ayuso, intensificando la confrontación directa con la presidenta madrileña.