El jefe de investigación de ABC, Javier Chicote, ha dicho este jueves por la noche en TRECE, en el programa ‘El Cascabel’, que «el juez estaría en su derecho de preguntar cuándo se han hecho este tipo de borrados, si es tan habitual como parece. Es cuanto menos sospechoso. Tendrá que demostrar quién y cuándo borra los mensajes antes del escándalo. Si no, podría existir algo mucho más grave, un delito de destrucción de pruebas». Así se ha pronunciado a tenor de que el magistrado del Tribunal Supremo que investiga al fiscal general dispondrá de cero mensajes» de Álvaro García Ortiz para aclarar si participó en la filtración de datos reservados de la investigación por fraude fiscal a la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Tal y como ha contado Chicote a Antonio Jiménez en su intervención, «si siguen en el servidor, la UCO podría llegar a ellos. Habría que solicitarlos a la central de Whatsapp en Estado sUnidos. Depende de quién haya hecho este borrado, si lo ha hecho un informático».

El borrado de los mensajes dificulta aclarar lo sucedido. La lista de posibilidades incluye, evidentemente, la eliminación voluntaria de lo que no se quiere dar a conocer. Igualmente podría responder una limpieza regular por motivos de seguridad, que es lo que ayer esgrimían fuentes de la Fiscalía, una actuación supuestamente apoyada en un protocolo interno. El vacío también podría responder a un cambio de terminal en el que no se hubiese querido conservar información.

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