«Grande o pequeña, todos dejamos una huella dondequiera que vayamos«. Con esta frase comienza un comentario publicado en Facebook por los guardas del parque nacional de las cavernas de Carlsbad, en Nuevo México (Estados Unidos). La razón del escrito, que supone a la vez una denuncia, un lamento y una advertencia, es que una de las cuevas del espacio protegido vió completamente alterado en solo unas horas su ecosistema, que se mantenía intacto desde hacía millones de años, porque a un visitante se le cayó accidentalmente al suelo una bolsa de patatas fritas con restos en su interior.

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