Existe algo adictivo en abrir cajas sorpresa. Y no solo en abrirlas, sino también en ser mero espectador de ello, pues no hay más que observar el triunfo del unboxing. Las redes sociales como Tik Tok o Instagram se han llenado de vídeos de gente descubriendo el contenido de los paquetes que albergan las figuras de moda. Y no solo nos referimos a los Sonny Angels, fenómeno viral del que ya hablamos en este diario, sino también a los Smiskis, los Hironos, los Labubus, los Sylvanians o los Mini Brands. Todos ellos han acaparado la atención de los más jóvenes y se han convertido en el regalo ideal para el amigo invisible navideño. Y es que el componente emocional de descubrir si te ha tocado la figura que querías unido al diseño kawaii (adorable, en japonés) de estas figuras han impulsado al consumismo a una buena parte de la generación Z.

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