Aunque se ha flexibilizado la rebaja en un 79% del número de días de faena de los pesqueros, el acuerdo alcanzado con la Unión Europea implanta una serie de nuevos requisitos para asegurar que continúe habiendo pescado para el futuro. La pesca de arrastre es en la actualidad uno de los principales causantes de la reducción de poblaciones de peces y las nuevas normas buscan su recuperación.
La primera propuesta realizada por la UE contemplaba una reducción drástica de la pesca en el Mediterráneo, con un recorte del 79% de días de faena, lo que supondría el paso de 130 a 27 días de actividad de la flota. Esta reducción ha sido neutralizada a cambio de una serie de medidas de gestión que deberán tomar los pesqueros de la zona y que les permitirá subsanar esa disminución de días de labor.
Pesquero faenando / Agencias
En primer lugar, se contempla el cambio del tamaño de las redes, que deberán pasar a 45 milímetros para la pesca de costa y a 50 centímetros en la pesca de profundidad. Con estas medidas, los pesqueros podrán recuperar entre un 30 y un 50% de los días de reducción propuesta por la Unión Europea.
Con el cambio que se contempla en el tamaño de las redes, los pesqueros podrán recuperar entre un 30 y un 50% de los días de reducción
Las medidas también incluyen la veda en ciertas zonas. Una veda temporal de cuatro semanas permitirá recuperar un 15% de días de trabajo; otro 10% se subsanará con una detención de seis semanas entre 100 y 500 metros de profundidad; un 3% más con una veda de 800 a 1.000 metros y otro 3% adicional con la instalación de puertas voladoras. También ha bajado el recorte propuesto para la gamba roja, del 30% hasta el 10% final.
La reducción de los días de trabajo prevista sin ninguna modificación hubiera supuesto, según el Ministerio, un escenario casi irresoluble para la flota pesquera española del Mediterráneo, cuyos 570 barcos pesqueros apenas gozarían de viabilidad en su trabajo.
Las cuotas para 2025
También se han producido negociaciones entre la Unión Europea, Reino Unido y Noruega que han dado lugar a cuotas pesqueras definitivas para el próximo año.
El pacto pesquero con la UE. / Infografía: EA
Si atendemos a las principales especies pescadas por la flota española, el rape ha aumentado su cuota en todos los ámbitos. En aguas ibéricas se ha incrementado 625 toneladas hasta las 4.340 (un 17% más), mientras que en las aguas del norte el crecimiento ha sido aún superior, con un 54% más de cuota hasta llegar a las 3.817 toneladas.
El gallo de aguas ibéricas se ha incrementado un 23% hasta las 3.942 toneladas, 732 más que en el año anterior. En cambio, la cuota pesquera de las aguas del norte se ha disminuido un 3% en la zona de Escocia (5.847 toneladas) y un 9% adicional en la zona próxima a Irlanda (20.030 toneladas).
La merluza de aguas ibéricas, una de las más importantes y apreciadas, experimenta un ligero ascenso y consolida su cuota de captura en las 10.953 toneladas. En cambio esta cifra sufre un importante descenso del 20% en las aguas europeas, donde España dispondrá de una cuota de 15.914 toneladas en el próximo año.
La merluza de aguas ibéricas, una de las más importantes y apreciadas, experimenta un ligero ascenso y consolida su cuota de captura en las 10.953 toneladas
En el caso de la anchoa, los expertos de la Unión Europea han propuesto una reducción drástica del 54% en el golfo de Cádiz, aunque dicha propuesta está aun por confirmar.
Las poblaciones de peces necesitan recuperarse / Efe
La cigala mantiene su cuota en el golfo de Cádiz en 32 toneladas, mientras que en las aguas del Cantábrico prácticamente duplica su cuota hasta las 25 toneladas.
Por último, el jurel sufre un drástico descenso del 66% en aguas ibéricas, aunque no resulte de gran afección para la cuota al ser poco aprovechado en dichas aguas. Sí es más importante el crecimiento de sus cuotas en zonas del norte, donde se encuentra la mayor parte de las capturas de dicha especie por parte de la flota española.
