El punto de Cornellá vale de poco. El Valencia de Peter Lim pasará las vacaciones de Navidad en puestos de descenso Es el ‘regalo’ del máximo accionista a una afición que hoy a partir de las doce del mediodía tiene la oportunidad de alzar la voz contra la gestión de Meriton en la Junta General de Accionistas más caliente de la historia con el club al borde del colapso y el equipo al bordel del pozo de segunda división. La tribuna de Mestalla tiene motivos para explotar contra la propiedad después de tanto sufrimiento y abandono por parte de la propiedad. La situación es insostenible. El equipo llega a la asamblea anual convertido en el peor de la Liga y en el peor de la historia.
El barco de Rubén Baraja no está hundido todavía, pero sigue tocado. Casi de muerte. El equipo no encuentra su ansiado punto de inflexión en la temporada. Anoche fue incapaz de conseguir la primera victoria de la temporada como visitante contra un Espanyol en plena crisis. El vestuario se agarra al empate como señal de cambio de dinámica, pero los números asustan y siguen siendo «indefensibles» como reconoce el propio entrenador. Los del Pipo tan solo han sumado 1 de los 12 últimos puntos en juego contra equipos de abajo. 11 de 48 desde que arrancó la temporada y 13 de 69 desde que comenzó la caída libre en el mes de abril. La clasificación de LaLiga da pánico. Colistas a 5 puntos del equipo que marca la salvación: el Alavés.
Precisamente, ese es el próximo rival. El Valencia cerrará 2024 con una final. Otra más. Y ya vas muchas esta temporada. Demasiadas desde muy pronto. El equipo está obligado a ganar el último partido del año contra el Alavés el domingo (14:00) en Mestalla. En casa. Con tu gente. No hay excusas. LaLiga no espera a nadie, el margen de error se acaba de forma peligrosa, los rivales en la lucha por la permanencia están vivos y el calendario aprieta en la cuesta de enero con partidos de exigencia máxima contra el Real Madrid (el aplazado por la DANA del día 3), Sevilla (11), Real Sociedad (19) y Barcelona (26).
Baraja no baja los brazos. A pesar de que el Valencia ha debilitado su figura más de lo que ya estaba con el intento fallido de firmar a Quique, el Pipo trata de buscar soluciones como sea. Nada que ver con la inacción de la propiedad. El punto contra el Espanyol no arregla nada a nivel clasificatorio, pero el cuerpo técnico hace una lectura positiva de la que vio en Cornellà: Diego López y Fran Pérez dieron sensación de peligro, André Almeida ejerció de 10 y Luis Rioja cumplió tanto de lateral improvisado como de extremo. El vestuario aún cree.
Silencio institucional
El Valencia se muere en medio del silencio institucional del club. Anoche, una vez más, ningún dirigente dio la cara para dar explicaciones en los micrófonos de DAZN ni en la previa ni en el post-partido. La presidenta Layhoon Chan y el director deportivo Javier Solís ni siquiera viajaron con el equipo para preparar la Junta de este jueves. El director deportivo Miguel Ángel Corona viajó a Barcelona por su cuenta. Nadie al volante. Y así es imposible.