El hombre de 63 años detenido y encarcelado por matar a un vecino de su finca en Alfafar (Valencia) la noche del pasado jueves cuenta con numerosos antecedentes, entre ellos una detención por otro homicidio doloso, el crimen en enero del 2000 de Angelita Mocholí, otra vecina de este mismo edificio, cuya muerte violenta se atribuyó al hermano del ahora detenido. El principal sospechoso del asesinato de esta mujer de 74 años fue encontrado ahorcado en un árbol en Moncada y su hermano, Juan M. D., detenido inicialmente por su presunta participación en la muerte a golpes y cuchilladas de su vecina, quedó en libertad sin cargos al presentar una coartada. Caso cerrado sin llegar a juicio.
Casi 25 años después de ese asesinato sin condenados esta misma persona se vuelve a ver involucrado en el homicidio de uno de sus vecinos. En esta ocasión los testigos del crimen no dan cabida a ninguna posible escapatoria sobre la autoría del mismo y su defensa solo podrá aferrarse al estado de embriaguez que presentaba el presunto homicida, que dio 1,20 g/l de alcohol en sangre, y su grado de afectación en el momento de los hechos. Al ser un bebedor habitual –según reconocen todos los testigos– los médicos forenses deberán determinar si el alcohol que había tomado ese día no afectaba especialmente a sus capacidades cognitivas y volitivas, o sí dada la elevada tasa.
Como informó en exclusiva Levante-EMV, el crimen se produjo el pasado jueves por la noche cuando Vicente Manuel Romero, de 57 años, subió al sexto y último piso de la finca en la que residía junto a su anciana madre, en la avenida Reyes Católicos de Alfafar, para exigirle a un vecino especialmente conflictivo que le devolviera su cartera, ya que estaba convencido que se la había robado dos días antes .
La víctima, que había logrado sobrevivir milagrosamente a la dana pese a sus problemas de movilidad –usa muletas por problemas en el espalda tras numerosas intervenciones por un accidente de moto cuando era joven– , subió a recriminarle a este vecino para que le devolviera su cartera cuando se inició una discusión entre ambos en el rellano de esa planta.
En la vivienda del presunto homicida había otras tres personas –entre ellas su pareja, que se marchó del juzgado antes de prestar declaración–. Según los otros dos testigos, Juan M. D. golpeó con una garrota de madera que tenía detrás de la puerta a su víctima, y tras caer al suelo este, se colocó encima de él con esta misma arma, mientras trataba de asfixiarlo.
La tráquea fracturada
La madre de la víctima subió al escuchar la discusión y se encontró al presunto asesino sobre su hijo asfixiándolo. De un empujón tiró también a la anciana al suelo.
Un testigo afirma que el arrestado –en prisión provisional por orden del Juzgado de Instrucción número cuatro de Catarroja– le pidió que llamara al teléfono de emergencias 112, pero todo ello sin dejar de apretar el cuello de su víctima con la vara. El fallecido tenía la tráquea fractura de la fuerza que ejerció su agresor.