El Valencia CF lleva cuesta abajo y sin frenos desde que Peter Lim se cargó el proyecto deportivo de Marcelino García Toral y Mateu Alemany, un tiro al pie que Anil Murthy justificó empleando un término que ha guiado la política comunicativa del club desde entonces para justificar el desastre: “Sostenibilidad”. Años más tarde, el club ha presentado unas cuentas que reflejan un ligero superávit, sin embargo, las partidas de ingresos más importantes siguen descendiendo y dejando en evidencia que esta sostenibilidad lejos de ser un sinónimo de buena gestión lo es de empequeñecimiento. Se ha conseguido rebajando la estructura de gastos… debilitando mucho la de ingresos, con un resultado deportivo que roza lo catastrófico y que ubica al club muchos escalones por debajo de su estatus natural.

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