El espíritu navideño se manifiesta de las formas más insospechadas. En Vigo, de hecho, viaja en taxi. Al menos este martes, cuando un total de 43 taxistas de la ciudad robarán unas horas a su horario laboral para desplazarse hasta las 18 residencias de la tercera edad que hay en la localidad. Allí recogerán a un par de cientos de residentes y los llevarán al centro para que disfruten de las luces de Navidad. Uno de esos taxistas es Juan, quien nunca ha dejado de participar en esta actividad.

«Siempre participé», rememora Juan en COPE, cuyas razones para formar parte de esta iniciativa solidaria están muy claras: «Porque los mayores disfrutan, les damos la opción de que tengan una jornada diferente al día a día de las residencias», afirma antes de asegurar que también él se siente bien haciendo esta buena acción por los demás.

Gratificante y emocionante

«Les pedimos a las residencias que nos envíen personas mayores que no tengan posibilidades de que sus familiares los lleven a ver las luces, entonces igual hay mayores que hace mucho que no salieron de las residencias, y cuando van pasando van viendo los cambios en la ciudad, ven donde trabajaban, van comentando, y nosotros vamos escuchando. Es muy gratificante y simpático y te reconforma mucho», afirma.

El árbol gigante de la Puerta del Sol estará cerrado unos minutos esta tarde para que estos pasajeros tan especiales puedan disfrutar a sus anchas de las luces, otra de las cosas que, según Juan, emociona a los ancianos, que se sienten tan protagonistas como de hecho merecen serlo. 

«Para ellos es impresionante, se emocionan, pasan por delante de donde vivían, se emocionan y te lloran en el coche. La verdad es que se pone la piel de gallina, es una sensación muy chula», afirma Juan, cuyo relato devuelve al más escéptico ese espíritu navideño que a veces, sólo a veces, parace que se ha ido para no volver.  

Fuente