La industria del automóvil de Aragón casi duplicará la facturación con la llegada de la gigafactoría de baterías para vehículos que se instalará en Figueruelas (Zaragoza). El proyecto promovido conjuntamente por el grupo automovilístico Stellantis y la compañía china CATL aportará un negocio adicional de alrededor de 10.000 millones de euros al volumen de ventas que tiene actualmente el sector, que se acerca a los 12.000 millones.
Así lo afirmó este lunes el presidente de Aragón, Jorge Azcón, al dar cuenta del impacto de la iniciativa tras recibir la declaración como inversión de interés autonómico y de interés general de Aragón (DIGA). La decisión, adoptada en una reunión del Consejo de Gobierno, permitirá acelerar el desarrollo de la fábrica y acortar los plazos de tramitación de la misma.
La inversión se desarrollará de forma escalonada en varias fases y con el objetivo culminar su construcción en 2028, cuando se prevé que la planta esté plenamente operativa, con una capacidad de producción de 50 gigavatios hora (GWh), lo que permitirá la fabricación de baterías para alimentar hasta un millón de coches eléctricos al año. El inicio de la producción está previsto para finales de 2026, pero se hará inicialmente dentro de la actual planta automovilística de Stellantis.
El objetivo de la DGA es que la tramitación de la DIGA sea «de récord» y que se complete en los próximos seis meses, según ha avanzado Azcón. Esto es posible gracias al «amplio trabajo» realizado en los meses anteriores, lo que hace que haya «un cierto conocimiento de lo que se quiere poner en marcha».
Cinco fases de desarrollo
El despliegue del proyecto se divide en cuatro fases principales más la fase inicial (fase cero), destinadas a garantizar una construcción escalonada y la progresiva puesta en marcha de la planta con capacidad plena en 2028.
La fase cero se iniciará en junio de 2025 e incluye trabajos preliminares como movimientos de tierra, cimentación y estructuras prefabricadas para los edificios de celdas 1. La fase uno se centrarán en el equipamiento y puesta en marcha inicial de la planta para la fabricación de celdas y módulos de baterías.
La fase dos abordará el incremento de la capacidad productiva mediante la instalación de dos nuevas líneas de celdas. La fase tres contempla la construcción de la planta de celdas 2 y edificios de módulos, así como el aumento de la capacidad total para la fabricación de baterías, incluyendo módulos y celdas.
La fase final, la quinta, se desarrollará a partir de marzo de 2028 y prevé que la gigafactoría esté plenamente operativa con todas las fases completadas y en funcionamiento total.
Agradecimiento a los agentes sociales
La nueva factoría se levantará en 80 hectáreas anexas a la planta de Stellantis y se convertirá “en una pieza clave para el Aragón de las próximas décadas”. “Esta inversión transformadora –ha indicado el presidente- ha contado con todo el apoyo del Gobierno de Aragón, como también del resto de administraciones y de toda la sociedad aragonesa”.
En este sentido, Azcón ha agradecido la implicación de los agentes sociales «que llevan años y décadas» trabajando para que sea haya producido un éxito «que trasciende la política». Al acto han asistido Miguel Marzo, presidente de CEOE Aragón; María Jesús Lorente, presidenta de CEPYME; José Juan Arceiz, secretario general de UGT Aragón; y Manuel Pina, secretario general de CC. OO. en la comunidad; así como Benito Tesier, presidente del Clúster de Automoción y Movilidad de Aragón.
A juicio del presidente, “en estos momentos, la práctica totalidad de los fabricantes de automóviles tienen claro que su futuro será eléctrico o no será”, pero este sector está inmerso en una «coyuntura altamente competitiva» y con objetivos «extremadamente exigentes» en cuanto a costes y tecnología. De ahí, ha agregado, la importancia de «haber conseguido atraer una gigafactoría impulsada por el mejor fabricante de baterías del mundo sea todo un éxito para Aragón«.
Duplicar la facturación del automóvil
«Es un proyecto que cambiar en signo económico de la comunidad», ha sentenciado Azcón, que ha asegurado también que será «un referente» tanto en España como en Europa. Por todo ello, ha considerado oportuno que la inversión se impulse a través de una DIGA, la figura administrativa que tiene el Ejecutivo autonómico para tramitar los proyectos estratégicos de la comunidad.
El impacto de la inversión, ha continuado, va a ser «exponencial», no solo por su aportación en términos de empleo y riqueza (PIB) al conjunto de la industria. «Es una pieza clave y estratégica para el Aragón del futuro», ha remarcado.
En este sentido, ha detallado que la actual facturación de la industria de automóvil de la comunidad, que es de cerca de 12.000 millones de euros, puede llegar a casi duplicarse con la incorporación de la nueva actividad de baterías, que rondará los 10.000 millones. Un «revulsivo», ha subrayado, para un sector que cuenta hoy con 35.000 trabajadores, el 30% del empleo industrial, y representa el 6% del PIB autonómico y un tercio de las exportaciones.
Empleos de calidad
«Vamos a hacer más fuerte el pilar industrial de nuestra economía», ha afirmado Azcón, tras recordar que el automóvil ha dejado de ser un monocultivo del tejido productivo de Aragón por la diversificación sectorial de las últimas décadas.
La gigafactoría, ha subrayado, es un «elemento absolutamente diferencial» de la automoción aragonesa y provocará un incremento de la actividad económica en los municipios del entorno de donde se ubica.
En cuanto al empleo, ha destacado que los 3.000 puestos de trabajo directos que creará el proyecto serán de «gran calidad», menor temporalidad y mayor cualificación que la media, lo que hace intuir que los salarios también estarán por encima del promedio de la industria.