Desde hace algunos años, dos nuevas figuras se están haciendo un hueco en los rodajes de series y películas: las de las asesoras de intimidad y los ecomanagers. El fenómeno comenzó en EEUU, pero poco a poco también se están asentando en España, donde cada vez es más habitual encontrar a estos profesionales en los platós, aunque todavía tengan que luchar contra algunos prejuicios, «incomprensión» y «reticencias».
«Lo que cuesta es cambiar el ‘chip’, sobre todo desde la producción y a veces desde dirección, vernos como algo positivo y no como algo que te va a suponer problemas», destaca Lola Clavo, profesora de la ESCAC, colaboradora del Departamento contra los abusos en el audiovisual de la Academia del Cine Catalán y miembro del colectivo de coordinadoras de intimidad de Catalunya Soma, que estos días ha participado en el Clúster Audiovisual de Catalunya.
La cineasta, que ha llevado el departamento de coordinación de intimidad de series como ‘La Mesías’, ‘Yo adicto’, ‘El mal invisible’ y ‘La última noche en Tremor‘, recalca que aunque su perfil sea nuevo en el audiovisual, viene a solventar problemáticas de siempre: «Se le ha puesto un orden a lo que antes se hacía de mala manera y muchas veces medio improvisado, y hemos comenzado a pensar qué podemos hacer para mejorar la experiencia de la gente que rueda las escenas íntimas».
Como los especialistas en la acción
«Si en una escena de acción nadie se plantearía ya trabajar sin un especialista para que nadie se haga daño, nosotras somos un poco lo mismo. Lo único es que en ese caso las heridas que pueden aparecer son internas y no se ven», ejemplifica su compañera Cristina Vidal, actriz y coordinadora de intimidad en títulos como ‘La última noche en Tremor’, ‘Yo, adicto’ y ‘Dos tumbas’. «Antes se daba por hecho que todo el mundo tenía que hacer lo que se le pedía, pero cada cuerpo tiene su funcionamiento, su historia detrás y sus límites, y nosotras abogamos por respetarlos», añade.
En España todavía no es obligatorio que los rodajes cuenten con esta figura, como sucede en países como EEUU y Gran Bretaña, «pero cada vez se pide más», apunta Vidal. «Sobre todo, gracias a la presencia de las plataformas americanas», que sí que cuentan con una normativa al respecto. «Si hay intérpretes de EEUU que vienen a trabajar aquí que son del sindicato de actores es obligatorio que tengan una coordinación de intimidad certificada», destaca Clavo, que pertenece también a AESCI, la Asociación Española de Profesionales de Coordinación de Intimidad.
Por eso, hasta ahora, su formación solo se impartía en el extranjero, lo que encarecía su precio. Pero en enero Clavo empezará a dar un curso de coordinadoras de intimidad en la ESCAC, «el primero que se hace con dinero público», lo que evidencia la importancia que se le está dando a este nuevo perfil, «un departamento super nuevo que tiene mucho espacio para crecer», subraya la cineasta, que aboga por ampliar su presencia en los proyectos audiovisuales.
Riesgo de denuncias
«Ahora mismo estamos desde guion hasta rodaje, y de golpe desaparecemos. Pero ese contenido íntimo pasa a la sala de montaje y, si te pasas todo el día montando una escena superexplícita puedes irte a casa bastante tocado», recalca Clavo. «Por otro lado, hay unos acuerdos de lo que se puede ver y lo que no. A veces lo que grabamos no es lo que se puede montar. Y si eso no está bien explicado puede ser terrible. Como lo vea el actor, le da un ataque de ansiedad y, además, te puede denunciar«, subraya.
Otro de los nuevos perfiles cada vez más demandados en el audiovisual es el de los ecomanagers, los profesionales encargados de garantizar que las producciones sean respetuosas con el medio ambiente, reduciendo la huella ecológica y cumpliendo con las normativas de sostenibilidad. «Somos nuevas figuras, pero abordamos problemas de siempre porque, al final, esta industria, aunque no lo parezca porque estemos como en un búnker haciendo cosas maravillosas de ficción, funciona como las demás y está vinculada a las políticas vigentes», insiste Natalia Ejarque, ecologista y cineasta que ejerció como eco assistant de la serie ‘Això no és Suècia’, la primera a nivel nacional en conseguir el Green Film Certificate.
Al igual que las coordinadoras de intimidad, Ejarque señala que los profesionales como ella todavía tienen que luchar «con la parte negativa de ser esa figura nueva que da tirria y que algunos no entienden». «Y como la sostenibilidad, además, tiene esa cosa rara que te la puedes creer o no…», apunta Ejarque, que ahora forma parte del Departamento de Sostenibilidad de 3Cat para desarrollar un plan estratégico, que trate de definir nuevos criterios y procesos de producción más sostenibles.
Eva Moreno, ecomanager en producciones publicitarias, afirma que «cada vez la gente está más concienciada» respecto a su trabajo, «y eso se consigue estando en el set un poco encima, sin ser pesado» y explicando su labor, que incluye desde montar y controlar las estaciones de reciclaje hasta recabar información sobre transportes y proveedores para adaptarse al plan de sostenibilidad del rodaje. «En mis principios yo era la señora de las basuras», recuerda, valorando el cambio de percepción respecto a su figura que se ha producido en los últimos años.