Con internet de por medio ya no hay necesidad de verse ni tocarse, sino que cometer una infidelidad se ha convertido en algo que va más allá de lo físico. El ciberespacio ha aumentado las posibilidades de ser infiel creando nuevas modalidades y hasta infidelidades en diferido, prácticas que antes eran completamente inconcebibles y que solo pertenecían a las películas de ciencia ficción.
Desde hace unos meses, diversos estudios de instituciones como Psychology Today y centros de investigación como la Universidad Estatal de San José (California), están alertando sobre cómo está relacionado el uso de las redes sociales con un mayor índice de infidelidad: cuanto mayor es la interacción en estas plataformas, más proclive es la persona a engañar a su pareja.
Según Julio García Gómez, experto en comunicación social de la Fundación Casaverde, una ciberinfidelidad se podría definir como algo en lo que «no existe lo físico, pero sí la parte digital a través de las redes sociales. Es algo así como estar oculto bajo la red, no tocarse, pero sí fantasear». Pero no solo fantasías, sino que las redes sociales también nos permiten generar vínculos afectivos con otras personas.
Un arma de doble filo
Entre las ciberinfidelidades más comunes está recibir y enviar fotos sugerentes o explícitas, usar aplicaciones de buscar pareja a escondidas y coquetear en línea. Hay personas que también consideran un gesto de infidelidad dar likes a otras u otros o, incluso, seguirlos en redes, aunque esto es algo más extremo. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que la red también es una herramienta para que tu pareja te descubra mandándote mensajes con otra persona ya que este tipo de comportamientos suelen dejar huella en los dispositivos.
«Este uso de la red se da más en gente joven, que son los que mayoritariamente utilizan las redes sociales. Entonces, estas parejas se ocultan ahí. Puede pasar más desapercibido que la infidelidad que supone un contacto físico como quedar o reunirse, pero hoy en día hay mucha sofisticación y tu pareja puede indagar y averiguar lo que haces en las redes. Es decir, se puede detectar, pero es más difícil», explica el experto Julio García Gómez.
Este cambio en la forma de cometer infidelidades también tiene mucho que ver con el estilo de vida que llevamos en la actualidad, que es mucho más rápido y nos deja con poco tiempo libre. «La falta de tiempo en general hace que esa infidelidad que antes era física, de quedar un día a tomar algo o lo que sea ahora suceda en el trayecto del metro, en los dos minutos libres que tenemos después de comer… Momentos en los que no está nuestra pareja y en los que caemos ahí», asegura el experto de la Fundación Casaverde.
Esto demuestra también un deterioro de las relaciones personales que, entre otras cosas, también se debe a esa misma falta de tiempo: «Trabajamos a kilómetros del sitio donde vivimos e, incluso, hay parejas que viven separadas», lo que tiene como consecuencia que pasen poco tiempo juntos.
Relaciones más volátiles
«Hay que dedicar tiempo a la otra persona, hablar, dialogar, utilizar lenguaje no verbal…», explica Julio García Gómez. Sin embargo las propias relaciones parecen haberse convertido en algo más volátil: «Todo es te envío una foto, me pasas otra… Y luego, además, ocurre otra cuestión: cualquiera puede enviar fotos retocadas, engañosas, y dar una falsa sensación de ser lo que no son. Entonces, esta es una vía de engaño», asegura.
Por estos motivos es importante poner límites dentro de la pareja manteniendo el diálogo, la comunicación: «Hay que establecer unos códigos con la pareja para dedicarle el tiempo necesario. Antes teníamos unos márgenes que eran el desayuno o las comidas en general, pero ahora esto no es así y esto propicia que la pareja se vea muy poco».
Además, también hay que tener en cuenta que dentro de la vida de cada individuo existen otros vínculos que cuidar: «Llega el fin de semana y cada cual se va a ver a su familia, ya que también tiene que satisfacer otras necesidades», asegura Julio García Gómez .
¿Qué se puede hacer?
Siempre dicen que la comunicación es la base de todo y, al menos en este caso, es cierto. Hablar las cosas, poner límites y llegar a acuerdos de forma conjunta nos ayuda a sentirnos mejor y también mantener una relación más fuerte.
«Yo diría, hay que hacer un plan férreo de comunicación interpersonal que incluya que en el día a día hay que dedicar diez o quince minutos al diálogo», incide el experto. Ya que, de otra forma, la pareja puede terminar yéndose abajo por la falta de comunicación y contacto. Sin embargo, también hay que tener presente que existen muchas parejas que no pueden verse y mantienen una relación desde la distancia: «Se puede tener un plan diario en el que se hable por teléfono. Pero por teléfono, hablando de viva voz… No por un chat», insiste. «Lo cómodo y lo fácil es lo digital, pero no lo duradero».
Importancia de la sinceridad
Las infidelidades suelen ser cosas pasajeras, pero capaces de romper por completo la confianza dentro de la relación y, por eso mismo, con la propia pareja. «Si contactamos con una persona a través de internet, mandado una foto… Lo que sea, pues lo mejor es hablarlo dentro de la pareja. Si se hace bien puede incluso fortalecer la relación porque es un signo de sensibilidad y sinceridad. Comentemos que hemos sido infieles en lo digital para evitar que lo seamos en lo físico», determina Julio García Gómez.