El Sporting y su afición no paran de hacer números y echar cuentas. Unos se dedican al noble arte de tratar de cuadrar los balances, esos que históricamente han mantenido casi siempre a la entidad al borde del precipicio ya fuera cuando todavía los clubes eran de sus socios y eran gobernados por presidentes con la mano ligera a la hora de controlar les perres, o después con la llegada de las sociedades anónimas. ¿Cómo olvidar aquellos tiempos en los que las SAD fueron tomadas por expertos en hacer liposucciones a las cajas de caudales y cuentas bancarias de los clubes? Eran capaces de sacar la grasa buena del jamón y dejar el colesterol malo. Unos genios.

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