España sigue despertando la confianza de los analistas de cara a 2025. La economía del país se ha erigido como motor clave de la eurozona desde la crisis del Covid-19 y se espera que esta tendencia continúe en los próximos meses. Así lo creen en ING, donde destacan que los factores impulsores de este crecimiento están cambiando.
«El crecimiento posterior a la crisis fue impulsado por el aumento de la población, las fuertes exportaciones de servicios y el gasto público. Todo esto, enmarcado en un entorno inflacionario desafiante y con políticas monetarias restrictivas que impactaron negativamente en las rentas de las familias. En la actualidad, existe una mejora gradual en el consumo gracias a que los ingresos de los españoles se empiezan a recuperar, aunque el nivel de ahorro sigue siendo elevado en comparación con los niveles previos a la pandemia», indican.
Asimismo, según las previsiones, la inversión, particularmente en el sector de la construcción, se verá impulsada gracias a la reducción de los tipos de interés y a la asignación de fondos europeos.
Estos factores «mantendrán a España en una posición privilegiada dentro de una eurozona cuya economía seguirá experimentando un lento crecimiento en 2025″, enfatizan los expertos de la entidad.
Un avance extensible al resto de países del sur de Europa, donde Portugal, Italia, Grecia y España continuarán superando el crecimiento promedio de la eurozona por quinto año consecutivo en 2025.
Entre los motivos para el mayor crecimiento relativo de estos países, en ING ponen el foco en el hecho de que han recibido una proporción significativamente mayor de los fondos NextGen en comparación con sus contrapartes del norte y que aún cuentan con recursos relevantes para gastar.
«Además, el mayor peso del sector servicios en el PIB de estos países representa una ventaja clave frente a los desafíos que enfrentan las industrias manufactureras europeas por los altos precios de la energía y los inminentes aranceles de importación de Estados Unidos», agregan.
‘ENTRE CAUTELA Y POTENCIAL’
A nivel global, y pese a que los bancos centrales han comenzado a flexibilizar sus políticas monetarias, ya que parecen haber ganado la batalla frente a la inflación, los economistas de ING se muestran cautos frente a celebraciones prematuras y cuestionan las perspectivas para 2025.
«En el caso de Estados Unidos, aunque la administración Trump genera incertidumbre por su enfoque aislacionista, podría experimentar un auge comercial en 2025. Esto dependerá del impacto de esas políticas tanto a nivel nacional con posibles estímulos al crecimiento interno como internacional, donde se podrían generar tensiones u oportunidades comerciales con otros países», señalan.
En Europa, según Marieke Blom, economista jefe y directora de investigación del Grupo ING, «aunque observamos muchos factores que podrían empeorar la situación actual, el gasto de los consumidores podría traer sorpresas positivas. Existe la posibilidad de que el consumidor europeo incremente su nivel de gasto, especialmente si el mercado inmobiliario se recupera más rápido de lo que esperamos. Ellos pueden ser la clave para la recuperación del ciclo económico de Europa».
Respecto a Asia, China se enfrenta a desafíos significativos para estabilizar su economía, mientras que India consolida su papel como motor de crecimiento regional.