Con una situación económica –entre inflación y altos tipos de interés– que deja poco margen al despilfarro, un contexto macroeconómico y geopolítico que invita más a la precaución que al desahogo, y, sobre todo, una población infantil que no hace más que menguar, el sector de los juguetes vive un momento bien complejo. “La industria continúa haciendo un esfuerzo apreciable para minimizar el impacto de la subida de costes en el consumidor, porque, en este momento, es importante asegurar un crecimiento, aunque sea muy ligero”, explicaba, hace unos días, la presidenta de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), Marta Salmon.
La ambición, según lo explicado en un acto organizado para hacer balance a las puertas de la Navidad, es que las Fiestas supongan un revulsivo que esta industria necesita desesperadamente. Las compañías del sector ingresaron 1.700 millones de euros en 2023, con su actividad, un volumen que fue apenas un 0,35% mayor al del año previo. Y este dato en positivo (y por los pelos) es por las exportaciones, porque las ventas cayeron casi un 10% a nivel nacional. En cambio, se vendió un 6% más al exterior, con Francia, Portugal, Italia y Alemania, en cabeza.
De hecho, mientras que aquí el gasto en juguetes por niño se sitúa, de media, en los 221 euros al año, en mercados como Francia o Alemania se eleva hasta los 330 y los 380 euros, respectivamente.
“2024 ha venido marcado, sin duda, por estos mismos factores: menor renta disponible, incertidumbre económica internacional y bajas tasas de natalidad, lo que ha afectado al consumo de juguetes durante la primera parte del año”, resumen desde la AEFJ, confiando en que la Navidad vaya tan bien como prevé el tejido comercial en general, y empuje estas cifras hacia arriba.
En el terreno del juguete –como en el sector del gran consumo en su conjunto–, estas fechas son clave, pues concentran prácticamente el 60% de lo que se vende en todo el año. La mitad de este 60% ocurre las semanas previas a Reyes. Esta tasa es mucho menor en Alemania (hay 20 puntos de diferencia) o Italia (12 puntos), lo que explicaría que la industria tenga algo más de vigor en estos mercados: venden más a lo largo del año.
Construcción, vehículos y juegos de mesa
“El mercado español se caracteriza por ser de última hora, y sabemos que ante la llegada de los Reyes Magos, el juguete se convierte en un bien imprescindible en los hogares con niños”, apunta Salmon. “Tanto el efecto calendario y la mayor estacionalidad esperada esta campaña, así como el comportamiento positivo de ciertas categorías (construcción, vehículos, juegos de mesa…) hacen esperar que el sector iguale las cifras de 2023”, confían desde esta asociación. Es decir, mínimo, terminar 2024 con ese mismo crecimiento de décimas que en 2023.
De momento, las exportaciones al exterior no parecen ponerles el objetivo a tiro. La industria juguetera va por un +0,3% más de exportaciones este año, lejos del +6% con que se cerró en 2023, aunque, de nuevo, lo que ocurra estas semanas puede ser determinante. “La menor renta disponible de las familias y las bajas tasas de natalidad no son exclusivos del mercado español y también se dejan sentir en nuestros principales mercados clientes, que registran descensos en el consumo de doble dígito”, concretan desde la asociación. Los casos más llamativos son Portugal, que presenta una caída cercana al 9% en las compras de juguetería española, e Italia, que ya está por encima del -13%.