Ante la asamblea general y tras ser ratificado, Louzán prometió no defraudar. También calificó la participación en estas elecciones de «ejemplar y digna» y agradeció la presencia de los representantes de FIFA y UEFA «para velar por un proceso transparente y muy democrático». No se olvidó, el hasta ahora presidente de la Real Federación Gallega de Fútbol, del «magnífico plantel de trabajadores» de la RFEF.
«Transparencia y buenas prácticas»
Por otro lado, Louzán, que ensalzó el papel de las federaciones territoriales, asumió el «desafío» y se comprometió a garantizar «transparencia» y «buenas prácticas» en una entidad que, añadió, «necesita de todos», incluído el Gobierno de España.
En su discurso, Louzán se acordó de su amigo Pedro Rocha y de Sergio Merchán, así como de María Ángeles García, presidenta de la última Comisión Gestora o de Álvaro de Miguel, secretario general.
Que Valencia sea sede del mundial
Por último y en declaraciones a los medios, dejó claro que llamaría «hoy mismo» a Luis de la Fuente, seleccionador, para proponerle su renovación, y reiteró que propondrán que Valencia acoja el próximo partido de la selección masculina como homenaje y ayuda tras la trágica DANA de finales de octubre. «Creo que Valencia se merece eso, igual que se merece que sigamos trabajando para que esa comunidad sea ciudad candidata para el Mundial 2030. Se han quedado fuera, también Vigo, y creo que mi trabajo debe estar, precisamente, también centrado en eso. Mantener las once que tenemos, pero toda la Comunidad Valenciana y Valencia se merecen ser sede», puntualizó.
Louzán mostró su apoyo a Luis Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) por estar haciendo «un buen trabajo» y con el que hablará para «seguir trabajando para lograr la excelencia en el arbitraje», un colectivo «fundamental» en el fútbol español y para el que pide también «ser comprensivos».
Finalmente, en cuanto a su situación judicial, pendiente de una posible inhabilitación de siete años de cuándo era presidente de la Diputación Provincial de Pontevedra y cuyo recurso debe estudiar el Tribunal Supremo el próximo mes de febrero, el mandatario reiteró que va a «trabajar con tranquilidad y honestidad» y esperando que el asunto «se resuelva cuanto antes». «Eso es precisamente lo que yo quiero. Y estoy convencido, tengo mucha fe en la justicia, y, por lo tanto, se va a resolver muy pronto», sentenció.
