El Valencia CF afronta una semana decisiva para su futuro en Primera División. Siete días fundamentales que empiezan hoy mismo con el entrenamiento del equipo y con Rubén Baraja al mando, a pesar de lo cuestionada que ha quedado su figura desde la derrota del viernes en Valladolid y los movimientos del club en busca de un sustituto.
Lo único que a ciencia cierta sabía el pucelano a primera hora de la tarde de ayer es que, junto a su cuerpo técnico, estaría hoy en el inicio de la preparación de la semana más importante del curso. El miércoles visitará al Espanyol en Cornellà-El Prat. Y el domingo, a las dos de la tarde, se despedirá al año en Mestalla frente al Alavés. Dos citas con rivales directos por la salvación antes de que enero se complique con cuatro partidos de Liga consecutivos contra Real Madrid, Sevilla, Real Sociedad y Barcelona.
El silencio en público de los dirigentes del Valencia CF durante dos meses y medio ha hecho que la posición como técnico del ‘Pipo’ haya perdido fuerza no solo con relación al entorno, sino dentro del vestuario. De hecho, el director deportivo, Miguel Ángel Corona, contestó tan solo «buenos días» a la pregunta de Onda Cero sobre si había «confianza» en Baraja horas antes del partido del viernes en Valladolid.
Después de la derrota, novena de la temporada, la intención de quienes representan a Peter Lim en València pasaba por un cambio en el banquillo. Por ello, en las horas siguientes se activaron las conversaciones con la opción preferida por Layhoon Chan, presidenta, y el director deportivo, la de Quique Sánchez Flores. Sin embargo, el máximo accionista no autorizó un cambio de banquillo en esas condiciones. Es decir, con la obligación de afrontar un despido de Baraja por encima de cinco millones de coste, además de comprometer hasta final de curso un contrato muy importante en lo económico con Quique. Ni una cosa ni la otra encajan en las restricciones que impone Lim desde 2020.
En esta cuestión, desde el Meriton valenciano, tampoco ha resultado sencillo convencer al desinversor de romper el vínculo que aún no hace ni medio año ellos mismos le propusieron renovar, pese a que le quedaba un año más. El nuevo contrato mejoró sustancialmente en lo económico y se extendió hasta junio de 2026. Baraja, por su parte, se focaliza en enderezar la nave tras ocho meses de una profunda crisis de resultados. El objetivo marcado en verano era la permanencia y sigue creyendo en que es posible de aquí a final de temporada.
Corona estuvo ayer nuevamente en la Ciutat Esportiva. Hasta la tarde, desde el entorno de Baraja, se indicaba que no tenía ninguna nueva comunicación significativa desde el club sobre su futuro. En sala de prensa, el discurso del técnico siempre ha sido que siente la confianza del club. En la noche, ‘À Punt Esports’ indicó que «Baraja ha sido refrendado sin límite de partidos». El tiempo sin encontrar sustituto que encaje en la política restrictiva del club juega en favor de su continuidad, al menos, hasta el miércoles contra el Espanyol.
Según confirmó este diario, Miguel Ángel Angulo, entrenador del Valencia Mestalla, sigue siendo una alternativa en el caso de que Lim autorice un cambio en el banquillo.