En sus primeras declaraciones desde que perdiera el poder en Siria hace algo más de una semana, el derrocado presidente Bashar al Asad ha afirmado este lunes que no huyó premeditadamente de Siria el día en que los rebeldes tomaron la capital, sino que siguió las recomendaciones de Rusia para salir del país después de que base militar rusa en la que se había refugiado fuera atacada por los rebeldes. «Mi salida de Siria no fue planificada, ni se produjo durante las últimas horas de la batalla, contrariamente a ciertas afirmaciones», declaró Asad en un comunicado por Telegram. «Durante los últimos acontecimientos no me planteé ni una sola vez la posibilidad de renunciar o solicitar asilo en otro país ni recibí ninguna propuesta al respecto» añadió.

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