Durante una tensa cena con los Korhan, Kazim ha dejado claro que su decisión sobre el futuro de Seyran no ha cambiado, y no lo hará, por mucho que le hablen con palabras elegantes.

A pesar de los intentos de Halis, quien intentó mediar en la situación, Kazim ha mantenido su postura firme y ha expresado claramente su descontento: “Ya lo hablamos tú y yo, entre señores, y aun así, hablaste con mi tía antes que conmigo”, le ha dicho, reprochándole esa falta de respeto.

Así, imponiéndose ante todos, ha dejado claro que Seyran no iba a seguir viviendo bajo el techo de los Korhan. «Cogeré a mi hija y me iré de esta casa», ha sentenciado.

Orhan, intentado calmar a su consuegro, le ha pedido que moderara su tono, recordándole que sería mejor intentar que las dos familias se llevaran bien. Pero Kazim no se ha amedrentado y ha contraatacado: “Deberías darle lecciones de la vida a tu hijo, no a mí”, le ha espetado.

Finalmente, Halis, muy enfadado, ha intentado poner fin a esto y ha recurrido a lo que consideraba su última carta: preguntar a Seyran qué quería hacer. ¿Quedarse con su familia o irse con su padre?

Seyran, que está muy dolida tras el desprecio de Ferit en el restaurante, ha tomado una decisión impulsiva: “Respetaré la decisión de mi padre”, decidiendo así abandonar la mansión de los Korhan. Esto ha dejado a todos atónitos, especialmente a Ferit, que se ha quedado sin palabras.

Ahora, Ferit ha perdido a Seyran. ¿Qué pasará entre ellos? ¿Será demasiado tarde para intentar salvar lo que queda de su matrimonio?

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