Mariol es una vecina de A Coruña que vive en el centro de la ciudad y desde hace un tiempo las cartas le tardan «muchísimo» en llegar. «Cuando llegan están pasadas de fecha» por lo que denuncia que esa situación le «perjudica mucho«. «Yo recibo cartas del Banco y cuando tengo que dar una contestación de algo, me afecta al bolsillo. Tengo de margen hasta el día 21 y recibo la carta el 26«, explica.

Lo primero que ha hecho es hablar con el cartero que cubre su zona y le ha asegurado que «falta personal» en Correos en A Coruña. «Están de baja, por lo visto, once personas y no se cubren esos puestos. Y, claro, cada cartero tiene que llevar dos secciones, cuando lo normal es que lleven una«, subraya esta vecina coruñesa que reconoce que así «es imposible que puedan repartir normalmente. Yo a ellos no los culpo. Yo culpo a la empresa que no tiene personal suficiente y que los perjudicados somos los ciudadanos«. 

CONSECUENCIAS

¿Qué consecuencias tiene esto para los ciudadanos? En muchas ocasiones, la correspondencia no tiene mayor importancia pero en otras trae notificaciones importantes como citas bancarias o citas médicas. «Llegan tarde en cosas del banco. Tienes que dar contestación el día 13. Pues la recibes el 14 ó el 15. Yo tenía que dar una contestación antes del día 21 y recibí la carta el 26. Eso no puede ser porque a mí me está afectando al bolsillo«, destaca Mariol. 

Esto es «malo» pero es «peor» cuando hablamos de una notificación médica. ¿Ha perdido alguna cita médica por esta situación Mariol? Pues no lo sabe. «No lo sé todavía porque hice pruebas y todavía no sé si me citaron. Estoy en una preocupación grande porque son citas importantes, no son un catarro, es algo oncológico y tengo miedo. Hice las pruebas y estoy a velas vir, si viene o no viene. Estoy muy preocupada, enfadada y mal«, insiste. 

Mariol ya ha puesto una reclamación en Correos pero confía «poco en que haga efecto«. «No he tenido respuesta ninguna. La carta ponía que no se reciben las cartas a su debido tiempo y que causa un perjuicio grande. Que lo solucionen. Si hay once personas de baja, esas personas tienen que cubrirse porque el trabajo de esas once personas si lo tienen que hacer las restantes, no pueden. Es que humanamente es imposible«, concluye. 

SINDICATOS

La situación que describe esta vecina coruñesa es bien conocida por los trabajadores que también la sufren y por sus representantes sindicales. Según el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Correos en A Coruña, Xan Xove, hay un «problema estructural» en Correos. Todas las unidades en la ciudad herculina están «infradotadas» de personal.

Como ejemplo de esto, la oficina del Agra del Orzán que está funcionando actualmente con el 50% de su personal. Xove califica la situación de «catastrófica«, más si cabe, en las fechas en las que nos encontramos en las que se incrementa el envío de paquetes y notificaciones. Para que nos hagamos una idea de la dimensión del problema: hay más de 1.000 paquetes acumulados y cientos de notificaciones pendientes de entrega.

Asegura que ya advirtieron a la dirección de la empresa de la falta de personal en noviembre en previsión de la llegada de las Navidades. En ese momento, les trasladaron la necesidad de realizar unos cuarenta nuevos contratos para «mantener la actividad normal«. La dirección de Correos, según el secretario general de CGT en A Coruña hizo seis contrataciones y una vez que iniciaron las movilizaciones para visibilizar la problemática empezaron a hacer contrataciones temporales «de tres días o como mucho, doce«.

Contrataciones insuficientes que, Xove, califica de «parches» que «buscan salir de una situación momentánea«. Algo que, además, ha desanimado al personal que se ve trabajando así «la semana siguiente, en el mes de enero…«. 

¿Qué es lo que ha pasado para que se haya llegado a esta situación? Pues «un poco de todo«. Correos ha asumido más servicios como el de paquetería al mismo tiempo que las bajas de personal o jubilaciones no se han cubierto. «En los últimos 15 años, éramos 67.000 personas y ahora estamos en las 40.000. Ha habido realmente un ERE encubierto«.

Xove señala que realizan un servicio público que es «fundamental«. Por ejemplo, apunta, el caso de las notificaciones tienen «plazos de entrega, muy rigurosos y a veces caducan antes de que las cartas lleguen. Un retraso en una carta en la que nos den una cita médica causa un trastorno importantísimo».

Otra de las consecuencias es que como consecuencia de esa sobrecarga el personal se está cogiendo «bajas«. Y es que, Xove describe, a un personal «exhausto«. «Nadie está dispuesto a hacer horas extra porque físicamente es imposible. Estamos hablando de caminar, de subir escaleras, de cargar paquetes…«

Desde hace unas semanas han comenzado una serie de protestas, concentraciones ante las oficinas de Correos, para visibilizar lo que está pasando. «Lo que queremos es que haya suficiente personal para que todo el mundo pueda tener un servicio postal y se entreguen las cosas a diario sin sobrecargar«. No descartan que si la situación no mejora «podría darse incluso que hubiera paros«. 

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