«El objetivo es que siempre estén abiertas ambas puertas, la del PSOE y la del PP», explica una fuente de Junts per Catalunya. En las últimas semanas, varios dirigentes del Partido Popular han reportado en Génova que han sido abordados por «emisarios» que decían venir en nombre de Carles Puigdemont.
El mensaje, con unas u otras palabras, siempre es el mismo: hay políticas fiscales en las que se puede llegar a acuerdos, y nunca está de más ir abriendo una vía de contacto «a largo plazo».
Cuando se le pide a este alto cargo del partido de derecha independentista catalana que abunde en la explicación, la respuesta es la siguiente: «Lo dijimos desde el principio de la legislatura, nosotros estamos a lo que estamos. No tenemos un pacto con el PSOE. Ni gobiernos, porque han pactado con cualquiera para arrinconarnos, en la Generalitat y en Barcelona, por ejemplo… pero somos el voto clave en el Congreso y nadie puede darnos por seguros, votaremos lo que nos convenga».
En el entorno de Alberto Núñez Feijóo nadie se hace ilusiones de que algo esté cambiando y se pueda acercar, por ejemplo, un escenario de moción de censura. Por cuatro razones.
Primero, porque la jugada de la cuestión de confianza que quiere forzar Junts, a cambio de seguir negociando, «parece más un farol». Fuentes de Junts la justifican en que «la Constitución no permite presentar una moción de censura si no tienes 35 diputados».
Pero en Génova contestan que «si quieren echar a Sánchez, basta que llamen y comprometan su voto a favor. Ya lo ha dicho Feijóo, que está en manos de los socios de Sánchez preferir la extorsión en su favor o la estabilidad por el bien de todos«. Y constatan que el presidente del Gobierno ya está abriendo la puerta a reunirse con Puigdemont en Waterloo, con el líder de UGT, Pepe Álvarez, abriendo camino, como hizo hace un año Yolanda Díaz.
Segundo, porque esos emisarios ni traen credenciales ni son siempre personas conocidas. Es decir, nunca está claro que sean realmente enviados de Puigdemont sondeando el terreno. «Eso hace todavía más difícil cualquier conversación».
«Que bajen del monte»
Tercero, porque el PP «jamás se moverá de sus principios», tal como explica un portavoz oficial preguntado sobre si lo que está ocurriendo en las últimas votaciones en el Congreso, en las que el PSOE sale derrotado en sus reformas fiscales, se pueden calificar de «nuevo escenario».
Para el entorno de Feijóo, «está claro que podemos coincidir en determinadas cuestiones económicas y sociales, pero la esencia de Junts es la secesión y la amnistía para su líder, así que mientras no se bajen del monte no hay nada que hacer».
O lo que es lo mismo, que las ganas de gobernar España «y sacar de Moncloa a alguien que está poniendo en riesgo el Estado de derecho y la democracia por su ansia de poder», no van a hacer que «el único partido de Estado que queda se comporte igual que el PSOE, no». Y ni con emisarios ni con declaraciones públicas se puede decir que en Junts haya una sola grieta.
«Es sorprendente cómo, con todo lo que ha hecho Puigdemont, sus siete diputados en Madrid siguen siendo suyos. No hay díscolos ni dudas. Todos están con él«, añade otra fuente de la dirección popular.
«Claro que hay reuniones, y se negocian cosas. Si no, sería imposible que llegáramos a acuerdos para parar los nuevos impuestos, como ocurrió esta semana… pero en esas conversaciones lo que se trata es de medidas concretas, no se avanza en otras vías porque ni siquiera se habla de ello«.
Es decir, Junts permanece en su escenario propio: forzar a Sánchez a base de «extorsión» y «sustos parlamentarios puntuales» a seguir cediendo. A la espera de que el Tribunal Constitucional admita a trámite los recursos contra la decisión del Tribunal Supremo de no aplicar la amnistía al delito de malversación, como primer paso para que se resuelva de una vez la situación de Puigdemont y otros condenados o todavía procesados por el 1-O.
«Eso lo teníamos previsto para antes de fin de año», explica un exdiputado de la formación separatista. «Pero es evidente que no se están dando mucha prisa, y que están jugando a tenernos rehenes».
El cuarto motivo por el que en el Partido Popular no se hacen ilusiones es que no se fían de Puigdemont. «Con este hombre se pueden pactar medidas puntuales, pero no un proyecto político. Porque hay barreras insalvables, y sobre todo, porque es inestable, cada día piensa y hace una cosa. Es impredecible».
«No hay prisa»
El resumen, según un dirigente del PP, es que «nosotros no nos movemos, porque no tenemos prisa por una moción de censura. Por un lado, porque no vamos a ir a buscar unos votos a los que sólo podríamos acceder dejando de ser lo que somos. Y por otro, porque el tiempo juega a nuestro favor».
Con eso último, explica, se refiere a dos ideas. Primero, a que las encuestas van consolidando un suelo seguro para Feijóo «del entorno de los 150 diputados», y una mayoría segura con Vox, «fluctúe su voto hacia arriba, como ahora, o hacia abajo, como hace pocas semanas».
Y eso puede poner nervioso a Puigdemont, que detecta un futuro donde él siga en Waterloo, el PSC en la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, y el PP en Moncloa con el apoyo de Vox.
«Ahí, ni él ni el separatismo podrían pintar nada, y ese paisaje cada vez es más nítido en el horizonte. Para todos», advierte. Y añade ufano: «¡Pero si el PP tiene más poder municipal en Cataluña que Junts! Gobernamos Badalona y Hospitalet, dos ciudades que doblan en población, por ejemplo, a Gerona».
Y por otro lado, el tiempo ayudará el PP, creen en Génova, «porque en los casos de corrupción que cercan al PSOE, al Gobierno y al entorno familiar del presidente, sólo hemos visto la punta del iceberg… esto ya es imparable en los juzgados, y la sensación de derrumbe va calando en la sociedad».
Y advierte, para terminar: «Son ellos los que vienen a vernos, y creo que pasarán cosas«.
También en el Gobierno se muestran bastante confiados de que en ningún momento Junts va a apoyar una moción de censura del PP contra Pedro Sánchez. Así lo explicaban el pasado miércoles altos cargos de la Moncloa, durante la tradicional copa de Navidad, apelando a los datos demoscópicos del último barómetro del CEO (el CIS catalán).
A la pregunta de a quién prefieren como presidente de España, el 36,9% indicó que no le convence ninguno de los actuales líderes nacionales. Esta era la opción mayoritaria. El preferido era Pedro Sánchez, elegido por el 28,4%. La tercera opción más votada era «no sabe», con el 18%. Feijóo, muy atrás, era la opción favorita de sólo el 2,8% de los catalanes.
De acuerdo con el recuerdo de voto de las últimas elecciones, sólo el 1,7% de los simpatizantes de Junts prefiere al líder del PP. En el caso del partido de extrema derecha Aliança Catalana, la preferencia es del 8%.