Volver a casa. Puede ser bonito. Te reencuentras con aquellos con quien compartiste momentos y que aparecen en tus recuerdos. Vuelves a pisar las mismas calles, los mismos pasillos. Te vienen imágenes a la mente, algunas de ellas bonitas, hasta melancólicas. Sin embargo, regresar también puede ser incómodo. De hecho, casi siempre lo es. Te recuerda que ya no formas parte de ese sitio. Que tú, por decisión propia, circunstancias u obligación, ya no perteneces a ese lugar que tanto tiempo sentiste como tu lugar. Así debió sentirse Vicente Moreno cuando el autobús de Osasuna atravesó los muros del RCDE Stadium. O cuando volvió a recorrer el túnel de vestuarios, ahora como entrenador del equipo pamplonica.

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