La sesión parlamentaria para votar la moción que busca destituir al presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, arrancó este sábado con enorme expectación ante la posibilidad de que prospere si suficientes diputados de su propia formación apoyan inhabilitarlo por su decisión de decretar la ley marcial el pasado 3 de diciembre.
El gobernante y conservador Partido del Poder Popular (PPP) ha celebrado durante horas una reunión a puerta cerrada para tratar de aclarar la postura oficial de la formación y el encuentro ha concluido minutos antes de que los parlamentarios de la formación accedieran al hemiciclo para comenzar a votar.
Para que la iniciativa presentada por la oposición prospere hacen falta ocho votos de parlamentarios del PPP de Yoon, y de momento siete diputados han expresado públicamente su apoyo a la moción, lo que hace pensar que hay muchas posibilidades de que prospere.
En caso de ser así, Yoon quedaría inhabilitado de inmediato -y el primer ministro, Han Duck-soo, ocuparía de manera interina la jefatura de Estado y Gobierno- a la espera de que el Tribunal Constitucional determine si el presidente violó o no la Carta Magna cuando declaró la ley marcial hace diez días.
Después de que el PPP boicoteara una primera moción el pasado sábado y defendiera la idea de que Yoon debía dimitir en los próximos meses (opción que limitaría el daño electoral para la formación), el líder de la formación, Han Dong-hoon, dio un giro el pasado jueves y defendió votar a favor de la destitución después de que el presidente pronunciara ese mismo día un polémico discurso.
En su intervención televisada del jueves Yoon aseguró que declaró la ley marcial para «salvar» la democracia en el país, según él, amenazada por los comportamientos antiestatales de la oposición, que tiene mayoría parlamentaria.
Tanto en Seúl como en otras ciudades surcoreanas, miles de personas se han dado cita hoy en las calles para pedir la destitución de Yoon y, en menor medida, para apoyar al presidente.