Pacto colectivo -y pionero en Galicia- para limitar el uso temprano de teléfonos móviles con datos entre los jóvenes. Los padres del alumnado de 6º de Primaria del Colegio La Salle en Santiago de Compostela, con el respaldo de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (ANPA) y el propio centro, han lanzado una iniciativa con la que se comprometen a no adquirir este tipo de dispositivos para sus hijos al menos durante el primer curso de la ESO, cuando los alumnos tienen 11 o 12 años. Un curso clave porque el porcentaje de menores con móvil registra en ese momento un drástico aumento: pasa del 10% en 6º de Primaria al 99% y trae consigo efectos nocivos en su desarrollo.
«Está demostrado que cuando llega el móvil se dispara de forma alarmante el consumo de pornografía, porque con el teléfono ya tienen acceso a ella en la intimidad, y el envío entre los menores de fotos propias de desnudos. También cambia la forma que tienen de relacionarse. Te cuento una anécdota, recientemente un profesor pidió en clase a los alumnos que se pusieran de acuerdo para fijar la fecha de un examen. Como no nadie hablaba en persona les preguntó qué estaban haciendo; contestaron que ya estaban ‘hablando’ por WhatsApp», explica Fernando Rodríguez de la Torre, miembro de la junta directiva de la ANPA La Salle y experto en redes sociales.
La presión hacia los padres
El objetivo principal del pacto es retrasar todo lo posible el acceso de los niños a teléfonos móviles con conexión a internet para promover así un entorno más controlado y saludable para su desarrollo social y académico. La clave de esta iniciativa es generar un efecto colectivo: al alcanzarse el compromiso conjunto de las familias, se reduce la presión social entre los niños y hacia los padres. «El problema es que muchos padres que no pensaban comprar un móvil a su hijo acaban haciéndolo porque sus compañeros y amigos ya lo tienen y el niño les presiona», explica Rodríguez de la Torre.
El ANPA del Colegio La Salle subraya la importancia de este acuerdo, basado en la experiencia de un colegio de Cardedeu (Barcelona) y otro de Tolosa en los que se logró reducir hasta el 30% el porcentaje de alumnos con móvil en Primero de la ESO, porque podría convertirse en un ejemplo a seguir para otros centros educativos. «Nos preocupa esta cuestión porque a La Salle vienen muchos niños de otros centros, sobre todo del San Jorge o La Inmaculada. La clave es que otros centros puedan sumarse a la iniciativa antes de que los padres compren un móvil a sus hijos», señalan.
Por ello, este grupo de padres invita a otras escuelas y familias a reflexionar sobre la importancia de tomar decisiones conjuntas para combatir la creciente presencia de la tecnología en las vidas de los menores. Como, por ejemplo, las redes sociales. «Hay un problema de ciberacoso. Antes el acoso se restringía al colegio y los niños encontraban un refugio en su casa. Ahora con las redes ese refugio ha desaparecido. Los menores tampoco son conscientes de la información que difunden, están dando constantemente información personal. También les afecta al descanso, porque utilizan las redes hasta altas horas de la madrugada y no duermen por las noches», advierte Rodríguez de la Torre.