La Guardia Civil detuvo ayer a un joven vecino de Utebo (Zaragoza) como presunto autor de un delito de agresión sexual por, supuestamente, violar a su expareja de 16 años durante el tiempo en el que ambos mantuvieron una relación sentimental entre septiembre de 2023 y junio de 2024. Según consta en la denuncia a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el desencadenante de la denuncia fue la trifulca desatada el jueves por la tarde después de que la chica se citara con el detenido en la calle de las Fuentes del citado municipio para «decirle que dejara de molestarla y de acosarla». Tanto es así que se vio obligada a intervenir la Policía Local para disuadir la riña.
Ayer, acompañada de su padre, la chica se personó en el cuartel de la Guardia Civil para aclarar lo sucedido la tarde anterior. Al respecto, según consta en la declaración que presentó en las dependencias del Instituto Armado, aclaró que su exnovio era «muy posesivo» y «celoso» e incluso que le insultaba «constantemente» al grito de «puta», «mentirosa» y «zorra». También refirió episodios de agresiones físicas e incluso precisó a los agentes que tiene fotos de los moratones que le infligía su expareja, un joven de 17 años y de origen magrebí que, asistido por los abogados Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, quedó en libertad.
La denunciante también declaró que el detenido le cogía su móvil «sin permiso» para mirar su contenido e incluso bloquear las redes sociales con sus amistadas, «todo ello para que no se relacionara con nadie». De estos comportamientos, la joven destacó que se sentía como «una pertenencia más de él» hasta el punto de que fue forzada en varias ocasiones a mantener relaciones sexuales completas» y que «habitualmente eyaculaba dentro de ella a pesar de que le decía que no lo hiciera».
En una ocasión, añadió la chica, el investigado «llegó a zarandear y agredir a un profesor del instituto porque se dio cuenta de lo que le estaba haciendo y le llamó la atención». La relación sentimental finalizó el pasado mes de junio y, desde entonces, el investigado «intentó volver a retomar la relación, llamándola y mandándole correos».