Seguramente lo llevas haciendo toda la vida mal. Por las prisas o por pereza, colocamos la compra en la nevera sin pensarlo mucho, tal como sale de la bolsa del supermercado depositamos los alimentos en el frigorífico. Sin embargo, esto podría suponer un problema en nuestra salud por cuestiones antihigiénicas. Por lo que te contamos cómo debes colocar los alimentos en tu nevera para que tu salud no corra ningún riesgo.
Cómo usar correctamente el frigorífico
En primer lugar, debemos saber que la temperatura óptima a la que debe permanecer el interior de un frigorífico es el intervalo entre 2 °C y 8 °C. Si no se encuentra en este rango, probablemente, los productos se echarán a perder. Asimismo, establecer un orden es crucial para mantener una limpieza en el interior de la nevera y así evitar la proliferación de bacterias y gérmenes.
Es importante distinguir entre los alimentos que necesitan mantenerse refrigerados y cuáles se conservan mejor a temperatura ambiente. Además, si seleccionamos minuciosamente qué alimentos deben estar en el interior de la nevera, tampoco sobrecargaremos en exceso el electrodoméstico. Una práctica muy común que resulta nefasta para el buen funcionamiento del frigorífico, ya que si lo llenamos demasiado dificultamos la circulación del aire, provocando cambios de temperatura bruscos, y aumentando el consumo energético. Por el mismo motivo, debes evitar meter comida caliente directamente en la nevera.
Así debes colocar los alimentos en la nevera
Por ejemplo, los huevos son el primer alimento que colocamos mal. Los expertos desaconsejan emplear las hueveras habilitadas a las puertas del frigorífico. El mejor lugar para conservar los huevos es en la despensa, a temperatura ambiente.
La leche, otro alimento que no debe guardarse en la puerta del electrodoméstico. Solamente cuando el brick esté abierto, la dejaremos en la parte baja, junto con otras bebidas o agua. Tampoco la mantequilla ni la mermelada se recomiendan dejar en la puerta.
Tanto la carne como el pescado crudo deben dejarse en la parte inferior y más fría de la nevera. Y en los cajones, las frutas y verduras que soporten y necesiten refrigeración.