ChatGPT llegó a los hogares de todo el mundo hace dos años, y aunque la inteligencia artificial (IA) empezó a expandirse con rapidez, las empresas tardaron en subirse al furor de esta tecnología. Hasta ahora. Siete de cada diez (70%) pymes españolas ya ha introducido la IA en sus operaciones, y de ellas, un 17% asegura haber obtenido un impacto positivo en su cuenta de resultados. Su cifra de adopción de esta herramienta se sitúa por encima de la de sus homólogos franceses (67%), italianos (62%) y británicos (58%).
Son cifras procedentes del segundo barómetro «El estado de las pequeñas y medianas empresas europeas», elaborado por Qonto en colaboración con YouGov, en el que se ha preguntado a más de 5.000 directivos de pymes de Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido. Entre los principales beneficios que resaltan los encuestados destacan la capacidad de ofrecer mejores servicios a sus clientes (31%), la reducción de los costes operacionales (30%) y el impulso de la creatividad (27%).
Dentro de los riesgos, la privacidad de los datos es la preocupación más común (34%), seguida de la eliminación de los puestos de trabajo (28%) y el planteamiento de dilemas éticos y desafíos normativos (26%). Las pymes con más usuarios en España que utilizan herramientas de IA son el sector financiero (93%), el informático y de telecomunicaciones (86%) y el de la contabilidad (79%).
Aumento de ingresos y captación de clientes
A tres semanas de finalizar el ejercicio, un 35% de los directivos españoles sitúa el aumento de los ingresos como máxima prioridad para el 2025 y un 33% espera ampliar su cartera de clientes para garantizar unos resultados positivos a final de año. Para cumplir este objetivo, una de cada cuatro pymes destacan las nuevas campañas de marketing y publicidad como una de las grandes palancas de crecimiento, mientras que otro 25% ve en la innovación y en la mejora de productos existentes otra forma de desarrollar su negocio.
De hecho, son precisamente los departamentos de tecnología y de marketing los que acaparen más de la mitad de las inversiones de las pymes españolas durante el próximo año. Un tercio de los empresarios ampliará los recursos financieros en tecnología, cuatro puntos porcentuales por encima de la media del resto de vecinos europeos, y un 30% de los mismos inyectará más financiación en marketing. Así, los españoles se convierten, junto con los británicos, en los europeos que más invertirán en esta área por encima de los franceses («6%), los italianos y los alemanes (24%).
«Si bien las empresas europeas demuestran una notable resiliencia frente a un contexto económico adverso, estamos observando una significativa transformación digital en los mercados, particularmente en los servicios financieros, donde las soluciones online son ahora la opción preferida”, afirma el director general de Qonto España, Carles Marcos i Guàrdia.
Fusiones bancarias e inflación, dos grandes retos
Según recoge el citado informe, las pymes españolas se sienten inseguras ante un escenario de fusiones bancarias (OPA de BBVA sobre el Sabadell, UniCredit sobre Banco Bpm). Casi la mitad (44%) están preocupadas por el aumento de los costes de los servicios bancarios derivado de la concentración de poder en el sector bancario. Otro reto es el uso de la factura electrónica. Solo el 20% de las pymes españolas se siente totalmente preparado para asumirla pese a que el plazo para su cumplimiento se ha pospuesto hasta al menos el 2027.
Si en el barómetro de 2023 un 92% de los directivos españoles encuestados se mostraban «optimistas» o «muy optimistas» respecto a sus previsiones para 2024, finalmente el 77% de las pymes las han cumplido y un 11% ha obtenido mejores resultados de lo esperado. Como palancas de sus buenas cifras han señalado a la eficiencia operacional (31%), la fuerte demanda («4%) y la optimización de los procesos de gestión (20%).
En el otro lado de la balanza, la inflación (32%) y la falta de demanda (28%) han sido los factores que más han impactado durante este año en las empresas pequeñas y medianas españolas. España, Reino Unido y Francia son los mercados más perjudicados por este indicador (32%), por encima de Alemania (28%) y de Italia (24%) pese a que la inflación ha descendido en los últimos doce meses. Y la falta de demanda afectó especialmente a España y Francia (28%), además de la falta de talento disponible (23% en el caso español y del 22% en el alemán).