La Audiencia Nacional ha prorrogado otros dos años la prisión provisional, ante el riesgo de fuga, de Yassine Kanjaa, acusado de asesinar al sacristán Diego Valencia y herir gravemente a un sacerdote con un machete en un ataque de carácter yihadista en dos iglesias de Algeciras (Cádiz), el 25 de enero de 2023.
La sección primera de lo Penal ha adoptado esta decisión en un auto notificado tras la celebración de una vista del artículo 505 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim) en la que la Fiscalía y el resto de acusaciones han pedido la prorroga al vencer este próximo mes de enero el plazo de dos años en situación de preso preventivo, y que la ley permite ampliar por un límite máximo de dos años más.
Tras analizar los diferentes argumentos, la Sala explica que los hechos por los que ha sido procesado son muy graves, ya que el escrito de acusación de la Fiscalía le atribuye delitos de asesinato, intento de asesinato y lesiones, todos ellos de carácter terrorista, por los que solicita una condena de 50 años de prisión.
Además señala que no se ha podido celebrar el juicio hasta el momento porque la defensa del acusado recurrió la competencia de la Audiencia Nacional para juzgarle y no fue hasta ayer mismo cuando el Tribunal Supremo rechazó esa pretensión.
«No ha podido enjuiciarse con antelación, pero la resolución definitiva de la cuestión despeja el camino para su señalamiento inmediato, siendo necesario asegurar su presencia en el juicio oral, pues por las penas que se solicitan no se podrá celebrar en su ausencia», señala la Sala, que podría fijar el juicio próximamente.
Riesgo de fuga
En cuanto a las circunstancias personales del procesado, que la defensa esgrime para pedir su libertad, como el hecho de tener familia y domicilio en Algeciras, la Audiencia insiste en que existe riesgo de fuga y persisten las mismas circunstancias que existían cuando se adoptó la prisión provisional.
En este caso, indican los jueces, el procesado es nacional de Marruecos y carece de residencia legal en España, por lo que el argumento de su residencia en Algeciras no ofrece al tribunal garantía suficiente de que no vaya a sustraerse a la acción de la Justicia ante la perspectiva de un juicio inminente en el que se enfrentará a penas muy graves.
En cuanto la información recibida del centro penitenciario donde está recibiendo tratamiento, el Tribunal considera que su adherencia al mismo y su buena evolución no lleva a deducir de manera automática que ha desparecido el riesgo de reiteración delictiva, pues precisamente esa adherencia y estabilidad se ve favorecida por el hecho de encontrarse en un entorno cerrado, estructurado y controlado.
En el atentado por el que está acusado, perpetrado con un machete de grandes dimensiones y al grito de Alá en la parroquia de San Isidro y en la iglesia Nuestra Señora de la Palma, fue asesinado el sacristán Diego Valencia y herido gravemente el sacerdote Antonio Rodríguez Lucena, que falleció meses después del ataque.
Cuadro psicótico
Tras su detención, le fue detectado un cuadro psicótico de probable filiación esquizofrénica y que afectaría muy severamente a sus capacidades volitivas e intelectivas, si bien éstas «no estaban totalmente anuladas por su enfermedad«, sostiene el fiscal en su escrito de acusación.
Antes del ataque, entró en la iglesia de San Isidro e increpó a una persona. Después se dirigió a su domicilio, apagó el móvil, lo guardó en un cajón, cogió un machete y salió de nuevo.
Tras cruzarse con el sacerdote que resultó herido más leve, al que abordó por detrás y logró huir, entró a la iglesia de San Isidro cuando se estaba celebrando misa.
Se dirigió al altar y el sacerdote Antonio Rodríguez, intentó salir de la iglesia, pero Kanjaa le persiguió y le golpeó, provocando que cayese al suelo, momento en el que le asestó con fuerza un golpe con el machete en la nuca, hiriéndole gravemente.
A continuación, el acusado salió y se dirigió a la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, donde se encontró con el sacristán Diego Valencia.
Fue hacia él y comenzó a golpearle con el machete. El sacristán trató de protegerse y salió de la iglesia, mientras el acusado le perseguía y le golpeaba con el arma hasta que su víctima cayó al suelo en el centro de la Plaza Alta de Algeciras.
Ahí, el acusado le propinó «dos golpes fuertes con el machete, uno en el cuello y otro en la cabeza», que le causaron la muerte.
Posteriormente, y tras intentar entrar en otro templo situado en la Plaza Alta, se dirigió al «Mirador del Muro», donde finalmente dejó el machete en el suelo y se arrodilló, momento en el que fue detenido por agentes de la Policía Local.