La Juventus de Thiago Motta agravó la depresión del Manchester City (2-0). Dos goles en la segunda parte, de Vlahovic y McKennie, abatieron al equipo de Pep Guardiola, que frota la lámpara pero no le sale el genio que resuelva una crisis que se alarga lo impensable. Su situación en la Premier es difícil, pero en la Champions empieza a ser muy preocupante. Tras la sexta jornada y la nueva derrota, ocupa la 22ª posición, demasiado cerca de la guillotina de la eliminación.
Un encuentro de tanteo desde el principio entre dos gigantes desorientados en su laberinto. Ambos partían con ocho puntos en la Champions, en la frontera entre el playoff y el desastre. Thiago Motta aún no ha conseguido en la Juventus, sexto en la Serie A, obtener el brillo que le sacó el año pasado al Bolonia. Pep Guardiola, sumido en su mayor crisis como entrenador, volvió a darle a la manivela de las ideas y retornó a Ederson a la portería, abrió a Bernardo Silva y Doku a los costados y colocó a Grealish por detrás de Haaland, con Gundogan y Rico Lewis en la base de la medular.
Y el partido avanzó con precaución, con más posesión para el City, pero no produjo el primer disparo a puerta hasta el minuto 39. Asistencia brillante de De Bruyne a Haaland, que hizo lo que reclaman los cánones, que es tratar de elevar el balón por encima del portero a media altura, pero Di Gregorio puso una mano prodigiosa. Nada más. El equipo de Turín cerró bien los espacios y se desplegó hacia arriba con escasa maldad. Un solo tiro en la primera parte y bastante inocente.
Furia italiana
En el descanso le crecieron las garras al cuadro italiano. Transformó la prudencia en el desmelene justo para soltarse y correr hacia adelante y sacudir el marcador con un gol de cabeza de Vlahovic, el delantero de referencia turinés, a pase del turco Kenan Yildiz, un demonio de 19 años al que habrá que ir prestando atención.
La reacción del City fue encomiable. De repente recuperó testosterona. Su juego subió de velocidad y sus ataques tuvieron nervio. Di Gregorio y los defensores de la ‘Juve’ se vieron forzados a trabajar a fondo. Pero la precisión que le faltó al conjunto inglés le sobró al italiano. Una fiera transición ofensiva de dos recién incorporados como Weah y McKennie fue culminada por este último con un remate sumamente plástico que desmoronó a los jugadores de Guardiola, que no hicieron un mal partido teniendo en cuenta de donde vienen.
El City deberá ahora buscar una salida a su agujero negro el domingo, cuando se enfrenta al Manchester United en la Premier. En la Champions le queda la visita al Parque de los Príncipes del PSG y recibir al Brujas. Dos jornadas de vértigo para un súper campeón inglés.