Un traicionero giro del destino ha convertido a Oviedo en el escenario de una dolorosa tragedia. Un joven de tan solo 30 años, vecino de Posada de Llanes, falleció el domingo tras atragantarse con un trozo de carne mientras comía en una conocida parrilla de la ciudad junto a sus padres y su hermano menor. A pesar de que en el momento del suceso había dos médicos en el restaurante y de que los sanitarios de la uvi móvil se personaron con celeridad en el lugar del suceso, no se pudo hacer nada para salvar la vida a F. L. R. Según fuentes consultadas por este diario, el joven sufría «algunos problemas de salud» que, sumados al ahogamiento, complicaron la labor de los médicos.

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