A las diez en punto estaban todos los diputados de la comisión de investigación en estado de revista por si acaso acaecía el milagro y Víctor (de) Aldama se corporizaba en la sala Cabildos del Parlamento de Canarias. Pero habrá que esperar hasta mediados de enero para saber si el genio del mal atenderá o no el requerimiento de los comisionados. Como la inteligencia organizativa de la Cámara linda con lo portentoso, ayer a la misma hora comenzaba otra comisión, la de relaciones con la Audiencia de Cuentas, con la presencia de su presidente, Pedro Pacheco, y a la que pertenecían varios diputados de la primera, como el coalicionero José Miguel Barragán. Sus señorías debatirían el informe elaborado por la Audiencia de Cuentas en julio de 2022 sobre la fiscalización los contratos y gastos del Gobierno de Canarias para la compra de material médico durante los meses más duros de la pandemia en el año 2020. El borrador de ese informe no se sometió a debate y votación entonces porque fue bloqueado por los auditores propuestos por el PSOE y Nueva Canarias. No es que fuera rechazado por el pleno de la Audiencia. Es que no se toleró siquiera su discusión.

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