Tras recibir un mensaje de Pelin advirtiéndole que Ferit estaba a punto de tomar un avión rumbo a Nueva York, Seyran no ha dudado en actuar. Con la ayuda de su madre, Esme, y su tía Hattuc, ha escapado de casa y se ha presentado en el aeropuerto, decidida a detenerlo antes de que sea demasiado tarde.
Al verlo en la sala de embarque, Seyran ha hecho hasta lo imposible para que Ferit no se marche en estas circunstancias, pidiéndole que vuelva a la mansión. Sin embargo, Ferit le ha respondido con frialdad: «Estoy decidido a subirme a ese avión y marcharme. No quiero estar en Estambul«.
Ferit, cansado, ha aprovechado para recordarle las palabras que Seyran le dijo mientras discutían. «No tengo corazón, según tú.» Seyran, desesperada, le ha gritado: «¡No te vas a ir!», pero él le ha contestado: «Es una pena que te hayas molestado en venir hasta aquí solo para decirme eso».
Con lágrimas en los ojos, Ferit ha insistido: «Ya no me importáis ni tú ni mi familia. Estoy cansado de que me humilles, de intentar ser bueno todo el tiempo. No quiero nada de ti«. Ambos se han mirado sabiendo que este podría ser el final. Sin embargo, Seyran ha decidido dar un paso tan inesperado como sorprendente: lo ha besado apasionadamente.
El beso, cargado de emoción y significado, ha dicho lo que ninguno de los dos se había atrevido a expresar. Ha sido un momento que lo ha cambiado todo, mostrando que, si de verdad lo intentan, su matrimonio podría tener una oportunidad.
Mientras Pelin y Yusuf estaban mirándolos atónitos desde la distancia, ¿qué hará Ferit? ¿Seré este beso suficiente para que reconsidere y se quede con Seyran?