Al igual que ya hiciera el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), el Tribunal Supremo ya ratificado también la sentencia de la Audiencia Provincial que condenó a cuatro años y medio de prisión a un paciente del Hospital Provincial de Castellón por violar a otra mujer ingresada en la unidad de salud mental en el mes de febrero del año 2019.
La sentencia de primer instancia le impuso, además, las medidas de prohibición de aproximación a la víctima a menos de 500 metros, así como la de comunicarse con ella por cualquier medio, ambas por el tiempo de cinco años. También contempló el tribunal la medida de libertad vigilada por un periodo de cinco años, una vez cumplida la pena privativa de libertad.
En concepto de responsabilidad civil, como ya informara Mediterráneo, el acusado, de 47 años, deberá indemnizar con 3.000 euros a la víctima, que tenía 26 años. La sentencia ya declaró responsable civil subsidiario de dicha indemnización al centro sanitario, ya que consideró que «la vigilancia sobre los pacientes no fue la adecuada» debido a que el condenado salió de su habitación y entró en la de la víctima «sin que el personal se diese cuenta de ello y lo evitase».
Los hechos
Los hechos en febrero de 2019, cuando el condenado, ingresado en la Unidad de Salud Mental, trabó amistad con la víctima, también interna en el centro.
Según recogió la primera sentencia, la noche del 5 al 6 de febrero de ese mismo año el procesado entró en la habitación en la que se encontraba ingresada la perjudicada y aprovechó su discapacidad para mantener relaciones sexuales con ella sin su consentimiento, pese a la resistencia que opuso.
La resolución añadió en su día que, pese al sistema de vigilancia con cámaras de seguridad situadas en los pasillos, personal sanitario y guardias de seguridad, nadie se dio cuenta del acceso del procesado a la habitación de la mujer y fue ella misma la que tuvo que acudir al mostrador de control de enfermería para contar lo que pasó.
¿Qué pasó en el juicio?
Durante el juicio, cubierto por este diario, el acusado aseguró que las relaciones fueron consentidas y la denunciante no declaró al estar incapacitada legalmente. «Me echó piropos y empezó mi relación con ella. Pasé por su habitación, me bajó el pantalón, me la chupó y me acosté con ella», aseguró el ahora condenado por violación.
Al estar la afectada incapacitada, fue su madre y tutora la que declaró. «Me contó que estaba dormida y que él entró en la habitación y se puso encima de ella, forcejeó y consumó el acto. Ella salió corriendo al mostrador de enfermería pero no había nadie», afirmó la progenitora.
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