“Corazón de París. Alma de Francia. Joya de la humanidad”. Las campanas de Notre Dame vuelven a sonar. El arzobispo de París, Laurent Ulrich, abre las puertas de la catedral por primera vez tras cinco años de trabajos de restauración, e inicia la ceremonia.
“Gratitud hacia todos aquellos que salvaron, ayudaron y reconstruyeron Notre-Dame de París. Gratitud hacia todos los presentes, mientras nos preparamos para devolverla a los católicos, a París, a Francia y al mundo entero.”, afirmó Emmanuel Macron durante su discurso.
Tras el emotivo sermón del presidente, una pequeña liturgia y una procesión desde el baptisterio con 110 estandartes de París y 100 concelebrantes al ritmo del órgano de Notre Dame, que también tuvo que ser limpiado y restaurado tras verse afectado por el humo del incendio. Carpinteros, arquitectos, restauradores… Más de 1.000 trabajadores han participado en las tareas de restauración, pero sin duda, los protagonistas de esta ceremonia han sido los más de 500 bomberos que ayudaron a extinguir las llamas el 15 de abril de 2019. Todos ellos han desfilado vestidos con el uniforme oficial por los pasillos de la catedral mientras el público, en pie, les homenajeaba con un largo aplauso. Para ellos, un gran “merci” proyectado en la fachada de la catedral.