El sector de las gasolineras ha venido haciendo frente común durante los dos últimos años para denunciar el fraude masivo en la venta de combustibles en España. Las grandes petroleras incluso han llegado a alertar de la entrada del “crimen organizado” en el sector a través de empresas piratas que no pagan los impuestos ni otros recargos obligatorios. Compañías que cierran cuando son descubiertas y reanudan rápidamente su actividad fraudulenta con otro nombre, y que han sacudido todo el mercado con su competencia desleal y han provocado un roto milmillonario a las arcas públicas.

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