Cuando el ejército sirio continúa su retirada y los rebeldes llevan su desafío a las puertas de Damasco, el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov ha llamado este sábado desde Doha al “diálogo entre el Gobierno sirio y la oposición legítima”.
Lavrov ha hecho estas declaraciones en el Doha Forum que se celebra este sábado y domingo en la capital qatarí, una cita anual marcada esta vez por la rápida ofensiva de los rebeldes sirios tras la captura de Alepo y Hama y lo que muchos consideran el inminente colapso del régimen de Bashar Asad.
Para el veterano jefe de la diplomacia rusa, la organización islamista Hayat Tahrir al Sham que lidera la coalición contra Asad lanzada hace semana y media en el noroeste de Siria siguen siendo un grupo “terrorista” por muchos que algunos hayan cambiado de opinión. Sus manifestaciones instando al diálogo contrastan con su apoyo hasta ahora cerrado a Asad, al que ha proporcionado un salvavidas en los años más duros de la guerra civil siria que estalló en 2011. “No podemos permitir que el pueblo sirio sea víctima de otro experimento geopolítico. No se puede usar el terrorismo para lograr objetivos geopolíticos como se está usando ahora”, ha denunciado.
En mitad de los rumores que sugieren que Moscú habría retirado al respaldo a Asad contribuyendo junto a la retirada de Irán a su caída, Lavrov ha insistido en que Rusia sigue apoyando “al pueblo y Estado sirios” pero ha evitado ofrecer un apoyo directo a Asad y aclarar el futuro de la presencia rusa en Siria, donde mantiene tropas y bases. “No estoy aquí para hacer conjeturas”, ha repetido Lavrov en varias ocasiones.
En las últimas horas se han redoblado las negociaciones acerca del renovado conflicto sirio. Lavrov se ha reunido con sus homólogos iraní, turco e iraquí en los márgenes del Doha Forum. “Reiteramos la integridad y unidad de Siria. Llamamos al fin inmediato de actividades hostiles”, ha insistido antes de pedir el cumplimiento de la resolución de la ONU para poner fin al conflicto sirio.