Estudiantes universitarios en una clase. / INFORMACIÓN
Los esfuerzos por forjar buenos profesionales, en todas sus vertientes, es uno de los empeños de los docentes desde los años en que Alfonso VIII de Castilla en el siglo XII funda la primera universidad en España.
El conocimiento se hace algo universal para que el progreso sea un hecho y cualquiera se pueda beneficiar de los avances de la ciencia, independientemente del lugar del mundo donde se encuentre.
Los probos estudiantes e investigadores de siglos pasados, empleaban infinidad de tiempo en conseguir manuscritos y otros documentos para poder desarrollar su labor de estudio e investigación. Era una tediosa y larga búsqueda de información que les podía ocupar perfectamente toda una vida para conseguir un avance en su labor. Horas escudriñando en bibliotecas particulares y públicas, que hacían del tiempo una variable fundamental en el progreso de sus conocimientos.
En la actualidad se le ha dado la vuelta completamente y en milisegundos podemos tener cientos de documentos a nuestro alcance sobre la temática que necesitamos. Serían la cara y la cruz de un fenómeno que ha cambiado completamente la estructura del estudio y la adquisición de conocimientos.
Los medios de comunicación científica han ido pasando por diferentes fases, consiguiendo acortar tiempos y espacios hasta llegar a esta actualidad revolucionaria en comunicaciones donde cualquier cosa puede ser conocida en tiempo real.
El afán de copiar para aprobar un examen parece algo intrínseco a la propia autoestima, es como engañarse uno a sí mismo confundiendo el éxito obtenido con la forma de obtenerlo. De ahí que el plagio sea hoy moneda de cambio entre muchos estudiantes de todos los niveles y hagan verdaderos estragos académicos a la hora de preparar cualquier trabajo para presentarle al profesor.
Se ha pasado de la rancia chuleta a sistemas de copia sofisticados, gracias a las tecnologías que lo hacen posible y viable, con menos riesgos y más exactitud. Se pueden encontrar en la Red infinidad de páginas en las que se resuelve cualquier problema, donde simplemente se tiene que copiar y pegar.
Los profesores tienen que velar por que los trabajos que elaboran los estudiantes sean originales, es decir, que los construyan bebiendo de las fuentes recomendadas, pero por supuesto, sin copiar literalmente los textos que otros han elaborado y colgado en la Red.
Seguimos chocando continuamente con este aprendizaje del plagio, que por antiguo no significa que esté obsoleto, sino que por el contrario sigue de plena actualidad y con el añadido de que se cuenta con los mejores medios técnicos para secundarlo.
Estamos en la época donde todo es susceptible de ser copiado desde una película hasta cualquier texto, pero no olvidemos que el conocimiento personal no se adquiere mediante copia o plagio, es algo que únicamente se consigue con el esfuerzo personal.