El vecino de Aragón al otro lado de los Pirineos no pasa por su mejor momento. La caída del Gobierno de Michel Barnier, tras prosperar una moción de censura de la izquierda gracias al apoyo de la ultraderacha liderada por Marine Le Pen, supone un nuevo vuelta de tuerca a la profunda crisis política que traviesa el país, a la que se suma los serios problemas económicos que atraviesa. Una inestabilidad que no hace presagiar nada bueno para los intereses de la comunidad autónoma, que tiene en París a su principal socios comercial en el exterior.
La aragonesa es una economía permeable a los achaques que padece una de las principales potencias europeas. Y eso, a pesar de que las precarias conexiones fronterizas que existen entre ambos territorios, con tres maltrechos pasos carreteros –el Portalet, el Somport y el túnel Bielsa-Aragnouet– con pocos visos de mejorar a corto y medio plazo. Las históricas reivindicaciones que existen a este lado de la muga en favor de una comunicaciones viarias y ferroviarias de gran capacidad no ha logrado cuajar de momento.
Francia ocupa desde siempre el primer puesto como destino de las exportaciones de Aragón, con un negocio que ascendió a 3.575 millones de euros el pasado año, lo que supuso un máximo histórico tras experimentar un crecimiento anual de 18,9% en relación a 2022 (3.032 millones). Le siguen a gran distancia Alemania (2.840 millones), Italia (1.890), Reino Unido (1.198), Portugal (1.175) y Turquía (750), según los datos extraídos del portal Datacomex del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.
Las ventas al mercado galo suponen una quinta parte –el 20,2%– del total de la facturación exterior de la región , que en 2023 se situó en los 17.625 millones a precios corrientes, cifra récord en la serie estadística.
En lo que va de 2024, el flujo comercial con el país de la grandeur se mantiene estable. Las exportaciones de la comunidad autónoma a París alcanzan los 2.703 millones de euros al cierre del mes de septiembre, lo que supone un leve crecimiento de menos de un punto (un 0,9% más) en relación al mismo periodo de 2023.
¿Qué vende Aragón a Francia?
El automóvil concentra la mayor parte de las exportaciones de la comunidad a este mercado, con un volumen de negocio que llegó a 1.294 millones en 2023, mas de un tercera parte del total (el 36%). Le siguen a gran distancia las prensa de vestir (217 millones), las máquinas y aparatos mecánicos (179), los aparatos y material eléctricos (173), las materias plásticas (170), carne y despojos comestibles (165), papel y cartón (146), calzado (119), cereales (107), manufacturas de hierro y acero (102).
Para el sector alimentario aragonés, Francia es también el principal destino de las exportaciones, con un valor de casi 500 millones de euros en 2023, un 23% por encima de la cifra de 2022 y más del doble que en 2025. Los productos cárnicos representan un 40% del total, seguidos por los preparados alimenticios –un subsector en fuerte crecimiento– y la fruta.
El temor de Aragón a la inestabilidad en Francia
Tan importantes como las exportaciones lo son las importaciones que llegan a Aragón desde el país del gallo. Se trata también del mayor proveedor internacional de la comunidad, con un volumen de compras que se situó en 4.225 millones en 2023, un valor también récord de la serie histórica tras dispararse el valor de las operaciones un 131% más respecto al ejercicio anterior (1.827 millones).
De esta manera, es el origen del 23% de las importaciones que recibe la región, que alcanzaron los 18.575 millones el pasado año. Le siguen de lejos mercados como China (2.329 millones), Alemania (2.296), Portugal (1.348), Marruecos (1.166) e Italia (813).
Una vía para la internacionalización
Al margen del comercio exterior, Francia es también una de las primeras opciones para las empresas aragonesas que toman el camino de la internacionalización dada su cercanía y los vínculos que existen entre los sectores productivos. Entre las grandes compañías de la capital aragonés existen ejemplos con un destacada presencia en el mercado galo. Es el caso de Pikolin, que tiene en Francia cuatro fábricas con 900 empleados y es líder en su mercado con tres marcas. También Saica, que cuenta con 22 plantas en este país y más de 2.300 puestos de trabajo directos.
La presencia francesa en tierras aragonesa es también sobresaliente, con ejemplos destacados como Auchan (distribución aliementaria), Valeo Térmico (auxiliar de la auutomoción), ARC (cristalería), HMY Yudigar (equipamiento comercial), Oerlikon Soldadura Veralia (vidrio) o Grumetal (metalurgia).
Estas cifras dejan a la claras el relevante papel que juega Francia para el tejido productivo de la comunidad, tanto como destino de lo que produce como origen de sus importaciones. De ahí, que los instituciones, empresarios y agentes económicos de Aragón siguen de cerca todo lo que allí ocurre por las repercusiones que puede tener un enfriamiento de su actividad.
Si preocupante es la situación que atraviesa Francia no lo es menos la de Alemania, la otra gran potencia, que también pasa por un momento muy delicado.