“No estamos lejos de una crisis de régimen”, afirmó este viernes el ex primer ministro, Edhouard Phillipe durante una entrevista en BFMTV para luego describir la situación política de Francia, como “peligrosa” e “inestable”.
Tras la moción de censura, Emmanuel Macron prometió nombrar a un primer ministro en los próximos días, mientras tanto la ronda de consultas continúa, levantando ampollas entre los no convocados y generando una nueva crisis entre la unión de izquierdas. Este viernes, el presidente llamaba a consultas al socialista, Olivier Faure, quien minutos antes de la reunión afirmó estar listo para negociar con el macronismo, siempre y cuando, haya “concesiones recíprocas” y “el nuevo primer ministro sea de izquierdas”.
Unas declaraciones que no han gustado al resto de agrupaciones que forman el Nuevo Frente Popular. Para la diputada insumisa, Manon Aubry, que el socialista pacte con Macron es sinónimo de “traición”. “Quienes piensan en el NFP que se puede hacer algo con los macronistas dándole la espalda al NFP, están cometiendo un error”, insistió Aubry.
A la izquierda le costó días formar el Nuevo Frente Popular, una unión creada para combatir a la extrema derecha en las pasadas elecciones legislativas. Esta unión ya empezó con grietas, pero prometieron unirse para derrocar a Marine Le Pen, y lo consiguieron con una remontada casi histórica. Durante estos meses han sufrido importantes diferencias que les han llevado al borde de la ruptura en varias ocasiones, pero siempre superándolas.
Ahora, de nuevo, vuelven a la cuerda floja tras el acercamiento del Partido Socialista con la centroderecha.
Los partidos ponen sus condiciones
Es el momento de negociar. De poner condiciones. Los socialistas marcan su línea roja: esta vez, Macron debe nombrar a un primer ministro de izquierdas. Emmanuel Macron marca las suyas: «no pactaremos con el socialismo si va de la mano de La Francia Insumisa». Marine Le Pen no se queda atrás: “votaremos una moción de censura si el futuro Gobierno no accede a las condiciones de la Asamblea Nacional”, y la Francia Insumisa tampoco: “¿François Bayrou, primer ministro? Sí, lo censuraremos desde el principio”.
Mientras que algunos han sido llamados a reunirse con el presidente, los comunistas y ecologistas simplemente han intercambiado posturas con el Elíseo a través de una llamada telefónica.
La unión de izquierdas vuelve a mostrar sus fracturas en un momento clave para la política francesa, y no sería raro que esta vez los caminos se separasen. El pasado martes, el ex primer ministro, Gabriel Attal, confirmó su deseo de crear una coalición entre socialistas y centroderecha para “devolver a Francia la política de centro”. Un pacto de no-agresión que beneficiaría a Macron, puesto que conseguirían aislar a los extremos, quienes en estos momentos tienen un gran peso en la Asamblea Nacional, y acabar con la inestabilidad política que se extiende en el tiempo.
Para que esa nueva coalición surja, Macron debe conseguir reunir el apoyo de, al menos, 288 diputados y excluir a los que considera como los extremos y el “frente anti-republicano”: La Francia Insumisa y Agrupamiento Nacional.
El presidente del MoDem, François Bayrou, y uno de los candidatos a primer ministro, declaró a LCI que “el centro no puede ser la respuesta por sí solo, pero la elección del centro puede unir a diferentes personas”, e insistió; “podemos superar las divisiones, especialmente cuando la situación en el país es muy preocupante y muy grave”.
El primer ministro, un fusible que hace saltar
Tras la disolución de la Asamblea Nacional el pasado mes de junio y las posteriores elecciones legislativas adelantadas, al presidente le costó semanas encontrar a un candidato para primer ministro. Todo apuntaba a que Michel Barnier era el hombre perfecto para ocupar el puesto.
Sin embargo, el ex comisario europeo batió el récord de formar parte del gobierno más corto de la Vª República, y tras una moción de censura apoyada por 331 votos, Francia vuelve de nuevo a la incertidumbre.
“Le dijimos a Emmanuel Macron que si nombraba a un hombre, o una mujer, de centroderecha no participaríamos en el Gobierno”, afirmó el presidente del grupo socialista en el Senado, Patrick Kanner.
Macron se niega a entonar el ‘mea culpa’, señalando como culpables de este “caos” a los diputados. Sin embargo, para ellos y para el resto de los franceses el único “irresponsable” y causante de esta situación es el jefe del Estado.