No siento especial simpatía por los días conmemorativos. Entiendo que la motivación es buena, pero la ejecución me incomoda. Esa conmemoración es la excusa perfecta para tranquilizar conciencias y para quedar bien. Las instituciones públicas se tiñen de azul para celebrar el día de las personas con autismo. Nos colgamos un lazo rojo para recordar que el VIH todavía existe y que se ha llevado muchas vidas por delante, el lazo rosa es una forma de llamar la atención sobre el cáncer de mama o el lila nos une en la defensa de las libertades de las mujeres. Prefiero que se haga mejor pedagogía y se asignen más recursos para luchar contra el machismo los 365 días, que se practique masivamente la medicina preventiva y que haya cero personas en lista de espera para hacerse una mamografía o que las personas con algún tipo de necesidad de apoyo estén presentes, integradas y que sean visibles en más entornos, espacios y escenarios cotidianos. Todos tenemos condiciones que nos hacen diferentes, pero somos iguales en derechos.

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