La caída del Gobierno de Michel Barnier obliga al presidente de Francia, Emmanuel Macron, a buscar a otra persona para reemplazar al antiguo comisario europeo como primer ministro, y la izquierda ya ha dejado claro que si no es alguien del Nuevo Frente Popular (NFP) habrá una censura «automática» del futuro gabinete.

El NFP, del que forman parte La Francia Insumisa (LFI) y el Partido Socialista (PS), entre otros, es el bloque con más escaños en la Asamblea Nacional desde las elecciones de julio y, aunque no cuenta con una mayoría suficiente, reivindica su posición dominante en la Asamblea.

Este jueves, Emmanuel Macron ha iniciado negociaciones para encontrar un nuevo primer ministro. Las leyes francesas no obligan un sucesor inmediato tras una moción de censura, por ello, Barnier seguirá en el puesto “hasta la nominación de un nuevo Gobierno”, según la nota de la Presidencia gala.  

La ronda de citas con Macron ha incluido a los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado. Además, ha comido con el centrista François Bayrou, líder del Movimiento Democrático (Modem) y nombre recurrente en las quinielas para suceder a Barnier, según la cadena BFM TV. La excandidata socialista Ségolene Royal, ha confesado que se encuentra “disponible” y ha escrito al presidente.

Las presiones desde la izquierda

«Si Emmanuel Macron no nombra a un primer ministro del NFP, censuraremos automáticamente el Gobierno», ha sentenciado la jefa de filas de los ‘insumisos’ en la Asamblea, Mathilde Panot, que ha dejado claro en una entrevista en LCI que no aceptarán «la continuación de la política macronista».

El diputado Éric Coquerel también ha defendido la moción de censura por el cuestionable nombramiento de Barnier dado que surgió de un grupo con solo 37 de los 577 escaños de las últimas elecciones legislativas. Aseguró que la moción de censura debe servir como precursor de la dimisión del presidente, según ElDiario.es.

En este sentido, ha subrayado que las tesis del presidente ya han sido «derrotadas» en las urnas y este mismo miércoles en el Parlamento, donde prosperó por primera vez en más de seis décadas una moción de censura secundada además por la ultraderecha de Marine Le Pen.

Tensiones parlamentarias

 Las últimas elecciones legislativas dieron lugar a las formaciones de un ejecutivo sin contar con el NFP, ganador de las elecciones, ni con RN, el segundo partido más votado, de acuerdo con Newtral. Por ello, no es de extrañar las tensiones en la Asamblea Nacional y que tanto la izquierda como la extrema derecha hayan aprobado la primera moción de censura desde 1962. Demuestra un claro descontento con el gobierno de Macron y una preocupante inestabilidad gubernamental.

El ex primer ministro francés, Gabriel Attal, ha señalado que buscará una “mayoría de no censura” para estabilizar la situación política hasta que Macron pueda disolver la Asamblea Nacional, según Público. Tiene que esperar hasta verano de 2025 dado que no se puede disolver la Asamblea hasta un año después de los pasados comicios. Esta propuesta supondría la disolución de la alianza de la izquierda francesa, algo que los partidos no se están planteado de momento.

Barnier ha acudido este jueves por la mañana al Elíseo para formalizar la dimisión y a lo largo del día el presidente se ha citado también con los presidentes de la Asamblea Nacional y el Senado.

La prensa francesa coincide en que el relevo será rápido y Macron no tardará semanas en buscar un reemplazo a Barnier, sino días o incluso horas.

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