Un cirujano valenciano, que trabajaba como especialista en un centro de especialidades de València, ha confesado ser el autor de dos delitos de abusos sexuales, uno de ellos con acceso carnal, a sendas pacientes. No obstante, el condenado no pisará finalmente la cárcel. La Audiencia Provincial de Valencia lo ha condenado a solo un año y medio de prisión y al pago de 1.440 euros de multa tras estimar tres circunstancias atenuantes, entre ellas el tener afectadas «las bases psicobiológicas de su imputabilidad» por una enfermedad mental que «le producía un aumento patológico de la libido y una disminución de las inhibiciones».
Tras el reconocimiento de hechos por parte del acusado, tras el acuerdo de conformidad alcanzado entre las acusaciones y la defensa, se le ha suspendido el cumplimiento de la pena de prisión por ser inferior a los dos años de cárcel y carecer de antecedentes. Eso sí, con la condición de que no delinca en el plazo de tres años.
El condenado, diagnosticado con un trastorno bipolar y con una incapacidad permanente absoluta para ejercer cualquier trabajo desde marzo de 2018 – dos años después de cometer los abusos – había consignado antes de la celebración del juicio 15.000 euros para pagar los 6.000 euros de indemnización a cada una de las víctimas y las costas. De ahí que se le aprecie también la atenuante de reparación del daño.
Así como la atenuante de dilaciones indebidas, ya que los hechos enjuiciados esta semana en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de València se remontan a hace ya ocho años. Concretamente los abusos sexuales a la primera víctima, una mujer de 63 años, se produjeron en septiembre de 2016. Y a la segunda, de 45 años, en noviembre de ese mismo año.
Hechos probados
Según los hechos reconocidos por el propio acusado, de 69 años, «guiado por la finalidad de satisfacer sus deseos sexuales» le realizó tocamientos en la zona vaginal a una paciente que acudió a una revisión de una intervención de hernia inguinal. Con la excusa de explorarle una cicatriz y de practicarle una técnica conocida como «maniobra de Vasalva», donde el facultativo debía colocar sus manos en el abdomen de la paciente y apretar hacia abajo para que soltara la respiración, este abusó sexualmente de la mujer.
En un reconocimiento de pecho
A la segunda víctima, que acudió para un reconocimiento de pecho por unos problemas de quistes, el procesado le manoseó inicialmente esa zona, para después indicarle que se bajara los pantalones, por si hubiera ganglios, y abusar de ella introduciéndole los dedos «recreándose en ello». En ambos casos los tocamientos fueron sin usar guantes ni por motivos médicos.
El Ministerio Fiscal solicitaba por los dos delitos de abusos sexuales, uno de ellos con acceso carnal, cinco años de prisión y una pena de multa por dos delitos leves de lesiones. Finalmente, tras el acuerdo de conformidad, se le condena a un año y medio de cárcel -que no deberá cumplir– y al pago de una multa de 1.440 euros. Ha sido clave en esta condena mínima el hecho de que tuviera sus facultades afectadas en el momento de los hechos por encontrarse «en fase de descompensación hipomaníaca» de su enfermedad mental que favorecía su «desinhibición».