El aldeano Benito Ramírez, fiel apasionado de la música y que amenizaba las pretemporadas con sus acordes, alcanza los 151 partidos oficiales en el Nou Sardenya. Con quince minutos en el histórico triunfo ante le Barça en Montjuïc, abrazado al brazalete con Fabio, ayer lució oficio en un escenario de arenas movedizas
El Jimi Hendrix de La Aldea. Gloria y acordes para un veterano del Vietnam amarillo. Benito Ramírez del Toro (151 partidos) puso ayer el oficio y la disciplina en un escenario de arenas movedizas. La noche de Oli McBurnie acerca, un poquito más, el esperado derbi copero de enero ante el CD Tenerife de José Mel Pérez. La formación tinerfeña debe superar hoy al Zamora y así se repetiría el pulso de la pasada temporada en el Heliodoro. Tercera ronda de la cita del KO y un clásico regional asegurado. El extremo aldea, fiel apasionado de la música, alcanzó la fama internacional en la pasada temporada cuando batió al Atlético de Madrid. Ese (2-1) ante la formación colchonera es la mayor hazaña en la historia del Gran Canaria. Ese noviembre del 2023, fue la primera ocasión que sucumbía un grande en el recinto de Siete Palmas. Y ahí estaba el ‘11’ con su celebración del vuelo de la pardela. Exponente de la factoría del Anexo, llegó con 15 años a la casa amarilla y con 29 supera esa barrera mágica de los 150 combates. Exponente religioso de la segunda línea, ayer cumplió en ese costado zurdo con Gil, que dio la primera asistencia para McBurnie. En esa autopista (Benito y el 21), figuraba la línea del mérito.
Pacientes en un segundo término, esta secuencia exitosa en la Ciudad Condal pone en valor el trabajo silencioso de los Fabio González, Benito Ramírez, Gil, Marc Cardona o Juanma Herzog. «Trato de aportar buena vibra», valoró el extremo aldeano, que jugó cedido en el Rayo Majadahonda, en la previa del UD-Celta que le costó el cargo a Luis Carrión.
La maldición del botiquín
La lesión de Januzaj, que no jugaba desde Mestalla (21 de octubre), conforma la única nota negativa. En ese cruce de extremos, del glamour de Armani del Barça de Yamal a la humildad del Europa, el internacional belga se resintió de forma dramática. Los pecados de la superficie del césped artificial, los pecados de la nostalgia.
Si Benito sonríe, Martínez acierta. El preparador gallego ha dado minutos y cariño a la segunda línea de forma acertada. Ante el Barça, en la madre de todas las hazañas, Mata, McBurnie, Mika, Fabio, Enzoo el propio aldeano, pusieron sus manos sobre la arcilla. Tomen la huella de los inmortales y ahora, el próximo sábado, en la previa del UD-Valladolid, el ‘11’ recibirá el reconocimiento del club. La elástica de los 150 enmarcada. Cabe recordar que Benito cedió su dorsal en la 22-23 para que la dirección deportiva fichase a Loren, mientras el isleño se recuperaba de una lesión. Gestos que le ubican en la dimensión humana de los que se sacrifican sin extremo. Ama el escudo y ya puede presumir de ser uno de los legionarios de lo imposible. Valerón, Vitolo, Viera, Turu Flores, Koke Contreras o Guayre no puede presumir de haber tomado la Ciudad Condal para rendir visita al gigante Barça. Tampoco de batir al Atlético en Siete Palmas.
Detalles y pistas de un esclavo del compromiso. Anoche, fue preciso sudar sangre. Llegó un doblete milagroso de McBurnie y ya es el quinto triunfo de visitante en el ciclo de Diego Martínez –los dos de Copa y los tres de Liga ante Valencia, Rayo y el citado ante el bloque de los mil millones de Flick–.
Las Palmas, con diez cambios respecto al duelo ante el Barça, con Mika Mármol como único titular de la gesta, brilló el Aladino del Carlos Belmonte. Iván Gil, que solo ha jugado en Copa, puso un balón de chocolate para el escocés.
Ante 4.000 almas, el Europa tuvo que rendirse ante la maravillosa segunda línea. Un grupo encabezados por el guitarrista de la buena vibra. Se acerca un CD Tenerife-UD Las Palmas, el derbi de los derbis. Es lo que le falta a Diego Martínez para ganarse la condición de inmortal y tener un centro comercial con su hombre. La Copa del sentimiento y de la buena vibra. Ontiñena y Europa ya quedaron por el camino, el resto pasa por clonar la final de 1978 ante el Barça de Cruyff en el Bernabéu. n
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