Los grandes turoperadores se suman a la rebelión desatada en el sector turístico en España ante la entrada en vigor del nuevo registro de viajeros que exige a hoteles y viviendas turísticas, agencias de viajes y empresas de alquiler de vehículos a recopilar diversidad de datos de sus clientes, muchos de ellos información sensible de índole personal y datos bancarios para transmitírselos a la Policía. Las mayoristas también van a plantar cara a la normativa del Ministerio del Interior, que justifica el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska en aras de la seguridad para luchar contra el terrorismo y el crimen organizado. Se escudan en que contraviene la regulación a nivel europeo relativa a la protección de datos y se están armando jurídicamente para no tener que someterse al exhaustivo registro de hospedaje y alquiler de vehículos español.
Detrás también subyacen intereses comerciales: los datos de los clientes son más que valiosos en el sector. En la intermediación turística, y en todo el sector, se desvelan con cuentagotas para evitar que los ‘robe’ la competencia, ya sea una turoperador, una agencia, un hotel, para evitar que toque su puerta directamente sin pasar por él.
«Ya hay un turoperador británico que no envía los nombres de los clientes a la agencia receptiva»
«Ya hay un turoperador británico que en Mallorca no envía los nombres de los clientes a la agencia receptiva», dice Eduardo Zamorano, experto en turoperación. «Solo da un número de referencia».
«Sabemos que estamos incumpliendo la normativa española», reconocen fuentes de una de las mayoristas con mayor presencia en la isla. «Pero es desproporcionada». Se considera que hay «un conflicto» con la normativa de protección de datos de Bruselas.
«Muchas cadenas ya te roban el cliente, todos esos datos son muy valiosos para un turoperador», dicen desde una mayorista
Los turoperadores van a luchar para que se reduzca la información que exige el Gobierno español. En su caso, tendrían que volcar miles de datos por el gigantesco volumen de reservas que manejan. Basta imaginar Mallorca en plena temporada alta. «Asumimos el riesgo de incumplir» con el registro de viajeros «hasta que quede totalmente desarrollado», reconocen. «Muchas cadenas ya te roban el cliente, todos esos datos son muy valiosos para un turoperador», advierte las fuentes de la gran mayorista.
La normativa irá acompañada por una orden ministerial, ahora en periodo de consultas con el sector hasta el 13 de diciembre, la única bala en la recámara de momento para minimizar la exigencia del Ministerio.
Insumisión también entre hoteleros
Del mismo modo ese insumisión también cala entre hoteleros mallorquines, que se resisten a modificar sus sistemas de registro de viajeros.
Hay que recordar que de los viajeros las fuerzas de seguridad solicitan el nombre y apellidos, el sexo, documento de identidad, fecha de nacimiento, lugar de residencia, dirección completa, teléfonos fijo y móvil, correo electrónico o relación de parentesco en caso de ser alguno menor. Además, hay que sumar datos del alojamiento, de la transacción o del pago.
«Muchos de los datos que se solicitan no los tiene el turoperador», explica Eduardo Zamorano. «El turista va a una agencia de viajes a comprar el paquete turístico y la minorista ya evita darle a la mayorista el email y el teléfono de su cliente. Asimismo, el también asesor de la Agrupación Empresarial de Agencias de Viajes de Baleares (Aviba) esgrime que el cliente «se va a negar a facilitar tantos datos».
«Una agencia receptiva –dice Zamorano – puede recibir en un día 1.500 reservas y debe hacer el volcado de miles de datos diarios. Basta imaginar el caso de TUI con 5 millones de viajeros en España…».
Silencio del ‘rent a car’
El experto en turoperación se declara extrañado del silencio que reina en el sector del alquiler de vehículos. A la vista de la normativa (Real Decreto 933/2021) considera imposible que las empresas de rent a car puedan cumplirla. «En el momento que se haga una reserva, que puede ser en un paquete para el verano 2025, están obligados (tanto el rent a car como la agencia de viajes) a, entre otros muchos datos, brindar la marca del coche, modelo, matrícula, color, número de kilómetros en la recogida y la entrega… Es imposible», teniendo en cuenta, además, de que los vehículos para la próxima temporada las empresas de alquiler ni siquiera los han comprado.
La Asociación de Agencias de Viajes y Turoperadores de la Unión Europea (ECTAA) se ha pronunciado también en contra del nuevo reglamento de viajeros. Recogen la mofa con la que se le ha recibido en los tabloides de los principales mercados emisores y se refiere a él como el Gran hermano del turismo. El lobby de Bruselas insiste en concienciar a los viajeros sobre la gravedad de una normativa de la que serán sus «principales víctimas» y que les expone a ciberataques, según un comunicado.
«Se nos pasó a todos por alto cuando se aprobó y también los plazos de impugnación», dice el experto turístico Eduardo Zamorano.
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