Ahora que el año 2024 está a punto de acabar, parece conveniente analizar el resultado del mismo, a efectos del presupuesto del Consell que se aprobó para este año.
Es verdad que la DANA acontecida el 29 de octubre lo condiciona todo a partir de esa fecha. La magnitud de la misma y sus fatales resultados, agravados por la incompetencia y desinterés de los responsables de su gestión, que la propia ley determina, como son el president de la Generalitat y el Consell, suponen un antes y un después. Lamentablemente, y de forma incomprensible, Carlos Mazón, después de culpar a todo el mundo de sus propios errores, aún no ha dimitido, aunque su situación es insostenible y con un futuro más que preocupante para gestionar cualquier cosa, excepto comidas de cuatro horas, en un reservado, en plena DANA.
Tiempo habrá para seguir analizando lo que pasó y exigir responsabilidades, ya que incluso el general retirado que se ha buscado para tapar su fracaso y gestionar aquello que él mismo reconoce ser incapaz con tal nombramiento acaba de declarar que, «con un plan de alerta ordinario (que existía, aunque la consellera ni lo supiera), podrían haberse salvado muchas personas». Veremos lo que dura este «fichaje» con un jefe tan despreocupado de estas cosas. No creo que aguante mucho soportando tanta incompetencia, a pesar del aumento de sueldos que ha hecho Mazón.
En todo caso, hay que recordar que, hasta la DANA, pasaron diez meses de 2024 en los que se pudo comprobar la gestión de Carlos Mazón en la Generalitat, y con su presupuesto.
De entrada, habría que recordar que dicho documento no contemplaba muchos compromisos con nuestro municipio. A pesar de las frecuentes quejas de que Elx no venía siendo bien tratado en los presupuestos que elaboraba el Botànic, y de que el PP local anunciaba en campaña electoral que, si ellos gobernaran, mejorarían las inversiones que Elx se merecía, la realidad es que los presupuestos que Mazón elaboró para 2024 no eran satisfactorios, ni de lejos, para este municipio. Y eso que eran los primeros que hacía con la mayoría absoluta que le daban los votos de Vox en Les Corts. Ya saben aquel refrán que dice que «antes se coge a un mentiroso que a un cojo».
Acaba 2024 y sólo se ven promesas y declaraciones echando balones fuera en casi todos los temas pendientes. Nada de la rehabilitación de las Clarisas para hacer allí el Museo Valenciano de Arte Contemporáneo. Ni del célebre Palacio de Congresos. Ni del TRAM-BUS o lo que acabe siendo el invento. Ni del nuevo Conservatorio de Música. O la depuradora de Algorós, Ronda Sur, continuación ampliación de la carretera de Santa Pola, etc. Contrasta la lentitud de la Generalitat con las prisas que se dio el alcalde Ruz en perdonarles la deuda por los terrenos de la UMH, de 43 millones. Así se le paga desde Valencia.
La DANA impidió, lógicamente, que se diera a conocer, como estaba previsto, la propuesta de presupuestos para 2025. No se sabe cuándo se presentará. Pero sí se sabe que gran parte de las inversiones necesarias en Elx, muchas de ellas muy prometidas, siguen pendientes. Se ignora si el equipo de gobierno en el Ayuntamiento consiguió comprometer alguna de ellas para 2025. O si pidió explicaciones, durante esos diez primeros meses de 2024, sobre la parálisis de las mismas. O tal vez se prefirió no molestar a Carlos Mazón por estas cuestiones y quedar bien con él, que parece lo más seguro.
Conseguir que lleguen las inversiones necesarias debería ser prioritario para un alcalde. Nos acercamos al ecuador de la legislatura, mucho de lo prometido no se verá acabado en ella, ni siquiera empezando ahora las obras. De lo que no está ni presupuestado será muy difícil ver algo hecho, y Elx lo padecerá.
Hay que moverse más para conseguir esas inversiones. El tiempo se agota y hay que exigir, a Mazón o a quién esté, que ya hay demasiadas promesas pendientes.