Valencia ha elevado el nivel de alerta por la contaminación por el lodo seco y el polvo sahariano tras la DANA. Pero, ¿qué problemas puede derivar el hecho de respirar el polvo en suspensión en los pueblos arrasados del este y del sur de la provincia de Valencia?
La entrada de polvo en suspensión sahariano han disparado la contaminación por partículas PM10 y PM2.5 en la capital que lleva ya tres días con registros por encima de lo normal en las estaciones de medición.
Maribel Cerezo Sánchez, directora del Máster Universitario en Ingeniería y Gestión Ambiental en VIU, también aclara que «la presencia prolongada de humedad favorece el crecimiento de moho y otros microorganismos que afectan directamente las vías respiratorias, pudiendo agravar enfermedades como el asma o la EPOC (Enfermedad pulmonar común que reduce el flujo de aire y causa problemas respiratorios). Además, el polvo puede contener partículas tóxicas que dañan los pulmones al ser inhaladas. Estos riesgos son especialmente graves para niños, personas mayores, embarazadas y aquellos con enfermedades respiratorias o inmunosupresión», concluye.
La humedad
La humedad de las viviendas y la aparición del moho pueden desarrollar, también, problemas respiratorios como alergias, asma, rinitis o empeorar condiciones preexistentes en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat de València (UV), José María Martín, recomienda «abrir ventanas y usar ventiladores o deshumificadores para acelerar el secado«, sin olvidarse de la desinfección de superficies «con lejía diluida».
Por vectores
Las aguas estancadas son un espacio propicio para el incremento del número de mosquitos. Desde hace una semana, Medio Ambiente está llevando a cabo una campaña extendida hasta en 14 municipios de las zonas afectadas por la riada. Como ocurre en verano, con la lucha contra el mosquito tigre, estos tratamientos pretenden impedir la proliferación de un insecto transmisor de vectores artrópodos e infecciones como el virus del Nilo Occidental, el zika o el chikungunya.
Cómo debemos protegernos
Como hemos visto, el polvo en suspensión suele conllevar el incremento de PM10 y en menor medida de las PM2.5, partículas grandes y finas, respectivamente. No son las más perjudiciales, pero sí influyen en las afecciones respiratorias descritas arriba. Para progeterse frente a ello, es recomendable llevar respiradores ajustados, como las mascarillas FFP2, cuando los niveles de contaminación ambiental sean altos, tal y como ocurre ahora en Valencia tras la DANA.