Las dos primeras potencias de la Unión Europea, Francia y Alemania, pasan por un momento muy delicado. Inestabilidad política (moción de censura este miércoles en Francia, colapso de la coalición del Gobierno en Alemania), auge de la ultraderecha (Reagrupamiento Nacional y Alianza por Alemania) y crisis de modelo económico. Con ellas, el principal eje de fuerza de la Unión Europea se tambalea. Y lo hace en el peor momento, cuando suenan desde el otro lado del Atlántico tambores de guerra comercial. El próximo presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con subir drásticamente los aranceles nada tras llegar al cargo el 20 de enero. Va a coger a Alemania en plena campaña electoral y a Francia en un estado de incertidumbre política total, incapaz de encontrar mayorías para formar un Gobierno estable.
Crisis política en Francia
Nueve de cada diez franceses consideran que su país está en decadencia, según el estudio anual de Ipsos-Sopra Steria publicado este lunes. La mitad es favorable a que el presidente, Emmanuel Macron, dimita. Sería algo inédito. Habría que remontarse 80 años para encontrar algo parecido con Charles de Gaulle. Pero, para muchos franceses, es el presidente Macron el culpable de la actual crisis política.
Él decidió convocar por sorpresa unas elecciones legislativas en julio, para reiniciar la partida tras su debacle electoral de las europeas y la victoria de la ultraderecha de Reagrupamiento Nacional. Desde entonces, el país galo vive en una tormenta política que nadie sabe cómo capear.
Macron decidió nombrar como primer ministro a Michel Barnier; un candidato conservador. La izquierda, que había ganado las elecciones agrupadas en el Nuevo Frente Popular, lo consideró una traición. Su venganza podría llegar este miércoles, a partir de las cuatro de la tarde, cuando se debate su moción de censura contra Barnier. Es muy posible que salga adelante porque Marine Le Pen ha dicho que la apoyará. El grupo de Le Pen por su parte ha presentado otra. Todos contra Barnier.
“La cuestión es tremenda porque la moción de censura saldrá gracias a una alianza contra natura entre la extrema izquierda y la extrema derecha que probablemente también incluya a Los Republicanos [el partido conservador]”, opina Frédéric Mertens, experto en Relaciones Internacionales de la Universidad Europea. “Se hundirá aún más la popularidad de Macron, que es ya el presidente peor valorado de la V República”.
Si sale adelante la moción, a Francia le espera un camino muy incierto y a Macron, un claro fin de ciclo. Si finalmente el dirigente cae este miércoles, sería el Ejecutivo más corto de este período republicano. Quizá haya una sucesión de micro-gobiernos, como el de Barnier, hasta que puedan convocarse elecciones legislativas el próximo mes de julio. Falta una figura que dé algo de cohesión a la política francesa.
Crisis económica en Francia
Estas turbulencias llegan en medio de una crisis económica que lastra a la industria y a las cuentas públicas francesas. El déficit en 2024 va camino de superar el 6% del PIB, el triple de lo permitido por Bruselas. La deuda pública se situará por encima del 112%, más alta que la española.
Macron lleva tiempo intentando solucionar un endiablado puzle económico. El presidente socioliberal ya se dejó jirones de piel cuando aprobó por decreto en 2023 la reforma de las pensiones. Se retrasó la edad de jubilación a los 64 años, tras meses de protestas y huelgas generales por todo el país.
El Gobierno de Barnier pretendía hacer recortes de más de 60.000 millones de euros, entre subidas de impuestos y bajada del gasto público. Intentó seducir a Le Pen con concesiones para obtener su voto a favor; entre otras, una reducción del gasto sanitario para los inmigrantes indocumentados.
La líder de ultraderecha lo vio insuficiente, presentó una moción de censura y anunció que apoyaría la de la izquierda. En esto, ambos lados del espectro no están tan alejados. Reagrupamiento Nacional es un partido que promueve el nacionalismo económico y el estatismo, y el Nuevo Frente Popular oscila desde la socialdemocracia del Partido Socialista al populismo económico de La Francia Insumisa.
Recesión en Alemania
También los desacuerdos en política económica están detrás de la crisis de Gobierno en Alemania. El canciller alemán, Olaf Scholz, cesó al ministro de finanzas de la coalición, el liberal Christian Lindner. Este había pedido a su socio mayoritario un plan de recorte de gasto y subida de impuestos. Scholz le hizo varias propuestas conciliadoras (como Barnier a Le Pen), pero todas fueron rechazadas. Se rompió la coalición semáforo de esos dos partidos y los Verdes, y se adelantaron las elecciones.
Alemania irá a las urnas el próximo 23 de febrero. Para entonces, el estadounidense Donald Trump ya llevará un mes en la Casa Blanca. Si lleva a cabo su amenaza de poner aranceles a todos los países de entre el 10% y el 20%, Alemania, potencia exportadora, puede verse gravemente perjudicada.
El país ha sufrido dos años seguidos de recesión. La industria del país era fuertemente dependiente de la energía barata rusa, cuyo flujo quedó mermado tras la invasión de Ucrania en 2022, y de los insumos industriales baratos que provenían de China. El cierre por el Covid del gigante asiático y su consiguiente ralentización económica han supuesto otro duro golpe para la economía alemana. Y hay problemas de fondo, como la crónica falta de inversión pública.
Auge de la ultraderecha en Alemania
Como en Francia, los partidos moderados alemanes se enfrentan al auge imparable de la ultraderecha. Alternativa por Alemania se convirtió en el primer partido de extrema derecha en ganar unas elecciones en un Estado federado desde la época nazi. También surgen nuevas fuerzas de izquierda radical, aunque con características propias, como la Alianza Sahra Wagenknecht, que mezcla socialismo con políticas anti-inmigración.
Las encuestas en Alemania dan una victoria clara a la CDU, los democristianos de Friedrich Merz, con un 32% de los votos. En segundo lugar quedaría Alternativa por Alemania, con cerca de un 18%. Hará falta un gobierno de coalición, eventualmente entre la CDU y los socialdemócratas (16%), o con los Verdes (10%). En Alemania, al contrario que en Francia, sí hay tradición de coaliciones desde hace dos décadas.
La vuelta de Trump puede agravar en unas semanas la crisis tanto en Francia como en Alemania. Previsiblemente el nuevo inquilino de la Casa Blanca dará aún más aire a los populistas nacionalistas de ambos países y comenzará un pulso económico que ambos países europeos no están en su mejor momento para resistir.